La multitud de respuestas que ha recibido González Guadalix

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En estos momentos ¡¡¡400!!!

399 publicadas y una pendiente de moderación.

¡Sobre un tema de Iglesia!

Uno, que de estas cuestiones de Blogs algo cree saber, está asombrado por la magnitud de la respuesta que tiene varias lecturas, todas importantes.

En primer lugar la popularidad de este cura, capaz de concitar tan enorme número de adhesiones pues eso son todos los comentarios. Y que revelan un número muchísimo mayor de lectores pues siempre son una mínima parte quienes se animan a dejar su opinión.

Vean la repuesta que tienen on line, los obispos, otros curas, yo mismo y saquen consecuencias. Este cura es un fenómeno. Y bastantes podrían ahorrarse el trabajo de decir o escribir algo porque nadie les atiende.

Hoy he escrito sobre una plaza vacía, recuerdo que en aquellos días de templos cerrados y misas on line, la de Omella, cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, la seguían unas cuarenta personas, muchas de nuestras iglesias están vacías permanentemente… Pues Guadalix, desborda.

Tener a alguien así debería ser un chollo para cualquier gestor de una empresa, eclesiástica también, pero a los mediocres, que tanto abundan, les resulta insoportable, no quieren nadie que destaque a su alrededor no vayan a salir malparados en la comparación. No se dan cuenta de que siendo su cortedad tanta y tan patentes sus carencias aun sin término comparativo están inmersos en la deficiencia.

En la práctica totalidad las respuestas demuestran una profunda insatisfacción del personal. Que debería hacer pensar a los gerentes que los compradores rechazan el producto que se empeñan en venderles. Muchos han aprendido ya a distinguir la mula coja y vieja del pura sangre y no compran la mercancía averiada. Y otros van aprendiendo.

Y agrava el negocio tan fallido ya de los mercaderes de abalorios eclesiales el que hoy a nadie interesa ya lo que hace algún tiempo pudo parecer de moda. El progresismo ya no vende nada porque se ha quedado sin compradores. No hay más que ver lo que fueron las editoriales religiosas, las revistas, las conferencias de aquella oleada que parecía anegarlo todo y sin esperanza de otro tiempo con la realidad de hoy. Muchas editoriales, revistas, congresos… han desaparecido como la mayoría de sus figuras. Los que quedan son octogenarios y nonagenarios que ya no importan a nadie y que nada venden ya porque han desaparecido los compradores, unos y otros ya próximos al alzheimer y al dodotis si ya no han entrado en él. Hasta aquellas empresas que encabezaban la información en internet y eran el terror de los obispos que no les secundaban y subvencionaban hoy ya no asustan a nadie y se acercan apresuradamente a la desaparición. Los datos de tirada son espectacularmente negativos. Pierden lectores a raudales. Ahí ya no hay nada que chupar.

Lo que quede, poco, tampoco nos engañemos, será como los que han respondido al requerimiento de Guadalix. Y a esos ya no les dan gato por liebre.  Cuanto antes se enteren algunos en la Iglesia mejor será para todos.

Y, Don Jorge, enhorabuena por tan apoteósico éxito. Hasta en Brasil.