Arzobispo emérito de Bolonia.
Y una auténtica eminencia, no me refiero al capelo, que también lo tiene, en esas materias.
Es prudente, como debe serlo, pero también clarísimo. Y a no pocos habrá confirmado en sus criterios. Los míos coinciden totalmente con los del cardenal. Que para un pobre laico, francotirador y seguramente de escasas luces, es sumamente consolador. Gracias Eminencia. En su caso, doble eminencia.