III Congreso Summorum Pontificum en Chile

Os enlazo reseñas del mismo, abundantísimas en fotografías.

Veo que estuvo presente mi querido y admirado amigo Miguel Ayuso, defensor constante del vetus ordo también aquí en España.

La presencia no ha sido multitudinaria pero hay lo que hay y los cestos hay que hacerlos con los mimbres de los que se disponen.

No deja de ser curioso que en las naciones de habla española, de arraigadas raíces católicas, el modo extraordinario tenga tan escasa presencia. Ni se me ocurre el motivo. Ciertamente ha habido mucha oposición episcopal, no pocas veces impresentable, pero esa se ha dado también en otros países en los que la misa tradicional tiene relevante presencia y además progresiva.

Siempre he dicho que es a los fieles de ese modo del rito latino, hoy gracias a Dios con menos hostilidades, siquiera de momento, a quienes les incumbe la propagación, por no emplear la palabra, que hoy parece maldita, del proselitismo. Sin que entienda de modo alguno la maldición. Que a mí me la trae al pairo dispuesto como estoy a hacer todos los prosélitos que pueda.

Y no me refiero a la misa tradicional que uno no frecuenta habitualmente sino en general. Aunque siempre he sido declarado defensor del derecho de los fieles, incluso antes del Motu Proprio, a seguir la misa en la que se sientan más a gusto. Y siendo la tradicional aquella con la que se santificó la Iglesia muchos siglos.

Felicito por tanto a los católicos chilenos amantes del vetus ordo por su fidelidad y por su esfuerzo y les deseo que su empeño prospere en lo que quepa. De ellos depende. Y en este Blog siempre van a encontrar apoyo y simpatía. Creo que esta año todavía no he asistido a ninguna misa por el modo extraordinario, que siempre me parecieron dignísimas y piadosísimas, es ejemplar la devoción de los asistentes, notablemente superior, como conjunto, a la de los seguidores del modo ordinario, y desde ya hago el propósito de que a finales de septiembre o primeros de octubre acudiré a una de ellas. Y si mi querido y admiradísimo Don Raúl viera que no cumplo, que me lo reclame.

Particularmente pienso, y lo que pienso es cosa mía, que todo católico con alguna formación, las masas ignaras deben abstenerse, deberían de cuando en cuando participar en el modo extraordinario y les aprovecharía espiritualmente. Luego asistirán, por comodidad, ciertamente es mi caso, por gusto o por lo que sea a la que les parezca. Desde mi absoluto convencimiento de que ambos modos son santísimos por renovar en cada misa, celebrada como la Iglesia manda, el sacrificio incruento de Cristo en la Cruz. En eso no admito dudas. Ni de los que sostienen que la única misa válida es la tradicional ni de los de los que se oponen a ella desde su ignorancia. Y si estos últimos son obispos me parecen especialmente cretinos. Y uno no tiene el menor inconveniente en aplicar a un obispo el calificativo que piensa se merece.

Pues en las fechas indicadas, antes no me va a ser posible, asistiré a una misa por el modo extraordinario con especial reconocimiento en ella a mis hermanos chilenos por todo su esfuerzo. Que el Señor se lo bendiga.

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