¡¡¡¡¡MILAGRO EN LA COPEEEE!!!!!

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Y no me extraña nada, tratándose de la COPE, pero ¡ha ocurrido! ¡Sí, señor!

¿Qué cuál ha sido el milagro; y de los gordos tengo que añadir? Pues no sé si me lo van a creer ustedes, pero tengo que decirlo: el Expósito, después de meses y meses de matraca contra Trump, Trump hasta en la sopa, que si patatín y que si patatán, que la que nos va a caer, que si el apocalipsis va a ser poco para describir lo que nos espera, que lo peor de lo peor, etc., etc., etc.

Pues tengo que decir, en honor a la verdad, que hoy, esta tarde, a las 16,03 pm, el conductor, el máximo de lo máximo de la tarde de COPE -junto al Colmenarejo, que van a pachas-, el inconmensurable, el siempre mal ponderado y peor premiado -para lo que se merece: que todos los premios siempre son pocos para él, y tendrían que inventar más y más-, pues como digo, el Expósito hoy ha dicho, casi habría que decir «¡se ha atrevido a decir!» del Trump: «y con razón».

¡Ahí queda eso! ¡Con un par! ¡Torero, torero! ¡Valiente!

Si esto no es un milagro, no sé qué ha podido ser… ¡pero ha sido! Soy testigo. Doy fe. Y lo califico como «milagro» porque esto ha pasado -precisamente, y solo- en la COPE, como no podía ser de otra manera. Como es un milagro -otro, ¡que duda cabe!- que el sr. cardenal y actual Presidente de la CEE, el Exmo, Rvmo. e Ilmo. sr. don Ricardo Blázquez, haya escritos ni más ni menos que ¡unas «memorias»!

Se refería, el Expósito, a que el Trump ha debido decirles a los políticos europeos -especializados en sacarnos el dinero y llevárselo crudo, en corrompernos en todo orden de materias y categorías, y en matarnos- «que si quieren defensa, que la paguen; que EEUU se ha cansado de ser el paganini -o el gili de turno, y de siempre- para, encima, llevarse como agradecimiento todos los insultos de los mismos politiquillos europeos». Y Expósito la ha pillado al vuelo, se lo ha recordado por las ondas coperas a los políticos de curriculum y nómina, y encima les ha espetado, refiriéndose a Trump: «y con razón».

Es lo que tienen los iluminados por alguna luz celestial: que se convierten, se reconvierten, y los que antes eran sus enemigos pasan a ser los amigos; y viceversa, o así; que yo no soy converso: sigo en el mismo sitio donde he nacido, gracias a Dios.

Bien por Expósito. Se merece otro premio. Que se lo den.