Estos ya no son solo tontos útiles: están corrompidos a conciencia

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A La Civiltà Cattolica, revista de los jesuitas que dirige A. Spadaro y que supervisa el mismísimo Vaticano -Spadaro dixit-, no sé lo que le quedará de ‘Civiltà’, tema que no me preocupa en absoluto; pero de ‘Cattolica’ ya no le queda más que la palabra del título. Palabra a la que poco a poco pero cada vez más, artículo a artículo, le quedan menos días de vida. De hecho, ya está muerta desde hace mucho.

Pretender a estas alturas reivindicar a Lutero – todo un hereje contumaz, católicamente hablando, o sea, con pedigrí acreditado; y personal y moralmente hablando un desequilibrado también de libro-, frente y contra la propia Iglesia Católica no es que sea una estulticia, es que es una toma de posición suicidamente anticatólica. Y en toda regla. Pero así está el percal, y no sólo en el «campo» jesuítico; claro que en este «campo» lo anticatólico resalta mucho más, y con razón.

Desgraciadamente, y teniendo medios para hacer aún más labor de la que han venido haciendo, han perdido -porque han renegado de él- su «espíritu fundacional», acrisolado con siglos de buen quehacer: trufado de santos, misioneros, intelectuales y fundadores…, y ya son unos auténticos zombis sedientos de «novedades», desequilibrados de soberbia y desgajados de la Iglesia y de su misma Institución.

¿Qué sentido tiene remover los huesos y el polvo de Lutero? ¿Mero prurito intelectual? ¿Afán de saber y devoción por la verdad? ¿Pretensión de hacer luz sobre la Iglesia Católica? ¿Presentar a la Iglesia como la mala de la película; como en la peli de Scorsese los malos son los mártires y el jesuita bueno es el que reniega de la Fe?

Los que más han sabido de Lutero fueron sus contemporáneos: y lo pusieron verde. Quién mejor ha valorado «la obra» de Lutero es la Iglesia Católica con el Concilio de Trento; la misma Iglesia que mandó a Lutero a freír espárragos al campo de los herejes, que era su sitio. Y los que pagaron el pato a de un modo inmediato fueron todos los que padecieron y/o murieron por las guerras que motivó el tal Lutero y sus amiguetes, y que se llevaron por delante toda una generación de europeos. Y lo que ha coleado desde entonces y hasta ahora mismo, pretendiendo llevarse por delante a la misma Iglesia Católica. Y ahí está, empecinada, La Civiltà Cattolica para dar fe.

Creo, sinceramente y con pena, que a los jesuitas les quedan cuatro telediarios. Pero, eso sí: «morirán matando», como los «buenos» criminales en las buenas pelis. Antes morían por Cristo, la Iglesia y las almas. Amén. Sic transit gloria mundi.