Bárbara Kast Rist, la hermana del presidente electo de Chile que está camino a los altares

Bárbara Kast Rist, la hermana del presidente electo de Chile que está camino a los altares

La reciente elección de José Antonio Kast Rist como presidente de Chile ha vuelto a poner en el foco público la figura de su hermana Bárbara Kast Rist, una joven católica fallecida en 1968 cuya vida espiritual sigue siendo recordada en ámbitos eclesiales, especialmente en el Movimiento de Schoenstatt.

Aunque en distintos momentos se ha hablado de una eventual causa de beatificación, no existe a día de hoy un proceso canónico oficialmente iniciado. En el sitio oficial del Dicasterio de la Causa de los Santos no se encuentra información al respecto y la Arquidiócesis de Santiago ha aclarado que no se ha presentado solicitud formal para abrir la causa, por lo que Bárbara aún no ha sido declarada Sierva de Dios ni Venerable.

Una vida marcada por la fe

Bárbara Kast Rist nació el 24 de julio de 1950 en Alemania y llegó a Chile con su familia siendo aún un bebé, tras la emigración de sus padres en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Creció en un hogar profundamente católico, en una familia numerosa asentada en la comuna de Buin (Región Metropolitana), donde la fe formaba parte de la vida cotidiana.

Desde joven mostró una marcada inquietud espiritual. Estudió en colegios católicos y destacó por su responsabilidad, cercanía con sus compañeras y disposición al servicio. Quienes la conocieron la describen como una joven alegre, disciplinada y con una vida interior intensa, poco habitual para su edad.

El Movimiento de Schoenstatt y su ideal espiritual

En 1967, con 17 años, Bárbara ingresó al Movimiento Apostólico de Schoenstatt, donde profundizó su vida de oración y su devoción mariana. En sus escritos personales —publicados póstumamente— dejó constancia de una espiritualidad centrada en la entrega total a Dios en la vida ordinaria.

El 8 de diciembre de 1968, solemnidad de la Inmaculada Concepción, selló la Alianza de Amor con la Virgen María en el Santuario de Bellavista, en Santiago. En sus notas espirituales se definía a sí misma como “tabernáculo de Dios”, expresando su deseo de ser morada viva de Cristo y de dar testimonio de fe en el mundo.

Muerte repentina y testimonio perdurable

Pocas semanas después, el 29 de diciembre de 1968, Bárbara Kast falleció trágicamente en un accidente de tráfico cuando se dirigía a misa dominical. Tenía 18 años. Su muerte causó una profunda conmoción entre familiares, amigos y miembros de Schoenstatt, y su funeral congregó a numerosas personas en el Santuario de Bellavista.

Tras su fallecimiento, sus diarios espirituales comenzaron a circular en ambientes eclesiales, consolidando una fama de santidad basada en la coherencia de su vida cristiana, su sentido del deber y su abandono confiado en la voluntad de Dios. En 1994, un liceo público de la comuna de Paine fue bautizado con su nombre, como reconocimiento a su ejemplo humano y cristiano.

Un nombre que vuelve a la actualidad

La llegada de José Antonio Kast Rist a la presidencia de Chile ha reactivado el interés mediático por la historia familiar de los Kast, marcada por una fuerte impronta católica. El propio presidente electo ha mencionado en distintas ocasiones la influencia espiritual de su familia y el recuerdo de su hermana Bárbara como parte de ese legado.

Más allá de lecturas políticas o especulaciones hagiográficas, la figura de Bárbara Kast Rist permanece como testimonio de fe vivida en lo cotidiano con una huella real en la memoria de la Iglesia chilena.

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