Illinois aprobó recientemente una ley que permite el suicidio asistido, una medida duramente contestada por los obispos católicos del estado, que advirtieron de sus graves implicaciones éticas y de los riesgos para las personas más vulnerables. Pese a estas objeciones, el gobernador demócrata JB Pritzker firmó la ley el 12 de diciembre, convirtiendo a Illinois en uno de los territorios de Estados Unidos donde esta práctica es legal.
Como ya es habitual los martes al salir de Castel Gandolfo, el Papa León XIV respondió de manera improvisada a las preguntas de los periodistas antes de regresar a Roma. En ese breve intercambio con la prensa, el Pontífice se refirió a uno de los asuntos políticos y morales más sensibles de las últimas semanas en Estados Unidos: la legalización del suicidio asistido en el estado de Illinois, su estado natal.
Preguntado por Rudolf Gehrig, de EWTN News, el Pontífice confirmó que durante su encuentro en noviembre con el gobernador Pritzker le pidió explícitamente al gobernador que vetara la ley. «Hablé muy claramente con el gobernador Pritzker sobre este tema», afirmó el Papa, explicando que le subrayó la necesidad de defender el valor sagrado de toda vida humana, desde su inicio hasta su fin natural. León XIV señaló que también el cardenal Blase Cupich expresó su postura durante el encuentro.
Decepción y reafirmación del valor de la vida
El Pontífice reconoció su decepción por la decisión final del gobernador. «Fuimos muy claros sobre la necesidad de respetar la sacralidad de la vida desde el principio hasta el final. Lamentablemente, por diversas razones, decidió firmar la ley», declaró.
En sus palabras ante los periodistas, León XIV aprovechó además para hacer un llamamiento a reflexionar durante el tiempo de Navidad sobre el valor de la vida humana. Recordó que la Encarnación muestra el sentido auténtico de la vida y expresó su esperanza de que crezca de nuevo el respeto por la vida en todas sus etapas, «desde la concepción hasta la muerte natural».
