Los monjes cistercienses establecidos en Neuzelle, en el estado alemán de Brandeburgo, han iniciado por fin las obras de su monasterio provisional. El lunes tuvo lugar el acto simbólico de colocación de la primera piedra en el Bernhardshof, en el barrio de Treppeln, después de ocho años de espera marcados por dificultades administrativas y urbanísticas.
Según informa Katholisch.de, el antiguo complejo agrícola, hoy en estado ruinoso, será transformado en un monasterio provisional con capacidad para hasta catorce monjes. La inversión prevista asciende a unos seis millones de euros.
Una comunidad en crecimiento
El prior del convento, el padre Simeon, recordó con ironía las dificultades del proceso: en Brandeburgo —afirmó— “los obstáculos que hay que superar son especialmente duros”. La comunidad fue restablecida en Neuzelle en 2017 por el obispo de Görlitz, monseñor Wolfgang Ipolt, con la llegada de seis monjes procedentes de la abadía austríaca de Heiligenkreuz.
Desde entonces, la comunidad ha crecido. Actualmente residen en Neuzelle ocho monjes con votos solemnes, un novicio en formación y tres candidatos, aunque el antiguo presbiterio en el que vivían se ha quedado claramente pequeño.
Un monasterio provisional para catorce monjes
El retraso en la construcción del monasterio definitivo, previsto bajo la advocación de Maria Friedenshort en un terreno que perteneció a la antigua Stasi, llevó a la comunidad a adquirir en 2023 el Bernhardshof como solución provisional. Este espacio servirá más adelante como casa de huéspedes.
El subprior, padre Kilian, explicó que el nuevo edificio contará con clausura para catorce monjes. Una antigua nave agrícola se convertirá en capilla; la vivienda principal albergará despachos y habitaciones para huéspedes; y un antiguo establo será adaptado como cocina y refectorio. Aunque la mayor parte de los costes ya están cubiertos, el proyecto sigue dependiendo en parte de donaciones.
Vida litúrgica y atención pastoral
Si se cumplen los plazos, las obras estarán terminadas para la festividad de san Bernardo, el próximo 20 de agosto. A partir de entonces, los monjes celebrarán allí el rezo del Oficio divino, recibirán visitantes y ofrecerán atención pastoral.
La iglesia barroca del monasterio de Neuzelle seguirá acogiendo la misa diaria, así como celebraciones para peregrinos y encuentros periódicos con jóvenes. Además, la comunidad cisterciense atiende pastoralmente la parroquia católica de Neuzelle y Eisenhüttenstadt y asumirá próximamente también la atención espiritual en la localidad de Guben.