El papa León XIV ha nombrado obispo de Tucson (Estados Unidos) a James Misko, sacerdote del clero de la diócesis de Austin, donde hasta ahora se desempeñaba como vicario general y moderador de la Curia. El nombramiento sitúa al frente de esta diócesis del suroeste estadounidense a un presbítero con amplia experiencia pastoral y de gobierno en el ámbito diocesano.
Monseñor James Misko nació el 18 de junio de 1970 en Los Ángeles, California. Cursó estudios universitarios en Comunicación en la St. Edward’s University de Austin y posteriormente obtuvo el Master of Divinity en el St. Mary’s Seminary de Houston. Fue ordenado sacerdote el 9 de junio de 2007 para la diócesis de Austin.
Tras su ordenación, desarrolló su ministerio en diversas parroquias de la diócesis. Fue vicario parroquial de St. Elizabeth of Hungary en Pflugerville entre 2007 y 2010. Posteriormente fue administrador y, más tarde, párroco de Christ the King en Belton entre 2010 y 2014. Desde 2014 hasta 2019 ejerció como párroco de St. Louis King of France en Austin, una de las parroquias más significativas de la diócesis.
En 2019 fue nombrado vicario general y moderador de la Curia de la diócesis de Austin, cargo desde el cual asumió responsabilidades directas en la coordinación pastoral, administrativa y disciplinaria de la diócesis. En 2025 fue designado administrador diocesano, asumiendo el gobierno interino de la diócesis durante el período de sede vacante.
Relación con Traditionis Custodes
A lo largo de su trayectoria, Misko ha sido considerado un sacerdote de perfil institucional, cercano a la línea pastoral marcada por el episcopado estadounidense en los últimos años, con especial atención a la organización diocesana, la comunión eclesial y la aplicación de las directrices emanadas de la Santa Sede. Su experiencia como moderador de la Curia le ha situado en el centro de decisiones relevantes para la vida litúrgica y pastoral de la diócesis.
En este contexto se inscribe su actuación respecto a la Misa Tradicional en Latín tras la promulgación del motu proprio Traditionis Custodes del papa Francisco. Durante su etapa como vicario general en Austin, monseñor Misko formó parte del equipo de gobierno que implementó las disposiciones del documento pontificio, restringiendo la celebración del Misal de 1962 a los lugares expresamente autorizados por el obispo diocesano.
La diócesis de Austin permitió inicialmente, de manera temporal y con dispensa, la continuidad de la Misa tradicional en la catedral, mientras se solicitaban orientaciones a la Santa Sede. Sin embargo, tras la respuesta de Roma, dicha dispensa fue retirada y la celebración del rito antiguo fue suprimida en ese templo, siendo sustituida por celebraciones en latín según el Misal vigente. Monseñor Misko participó en la aplicación práctica de esta decisión, en línea con las directrices del Vaticano.
Prohibición para comulgar de rodillas
En el ámbito litúrgico más amplio, monseñor Misko firmó también orientaciones dirigidas a los párrocos relativas a la forma de recibir la comunión. En una comunicación oficial enviada al clero, pidió retirar los reclinatorios colocados expresamente para la comunión y solicitó que se desalentara la práctica de recibirla de rodillas.
En dicha directriz, Misko argumentó que, en los Estados Unidos, la norma establecida por la conferencia episcopal es recibir la comunión de pie, y advirtió que la presencia de reclinatorios podía generar confusión entre los fieles al sugerir que arrodillarse es una forma “más apropiada” de comulgar. Asimismo, señaló que esta práctica podía ejercer una presión indebida sobre otros fieles.
Aunque reconoció que recibir la comunión de rodillas no está prohibido, insistió en que debía evitarse cualquier incentivo pastoral o litúrgico que promoviera esta postura, subrayando que la reverencia debida al sacramento puede expresarse también recibiendo la comunión de pie. Esta indicación fue interpretada como parte de una línea pastoral orientada a reforzar la uniformidad litúrgica en la forma ordinaria del rito romano.
