El arzobispo electo de Westminster, mons. Richard Moth, ha dado a entender que no contempla, al menos por ahora, una ampliación significativa de la celebración de la Misa tradicional en latín en la archidiócesis más influyente de Inglaterra y Gales. Así lo afirmó durante su primera rueda de prensa tras confirmarse oficialmente su nombramiento, según informa The Catholic Herald.
Lea también: Inglaterra: Léon XIV nombra al nuevo arzobispo de Westminster
La comparecencia tuvo lugar el viernes al mediodía en el Archbishop’s House de Londres y fue la primera ocasión en la que los periodistas pudieron interrogar al prelado desde que la Santa Sede anunciara su traslado desde la diócesis de Arundel y Brighton a la sede de Westminster, considerada la más relevante del catolicismo británico.
Una aproximación prudente y “basada en las necesidades”
Preguntado expresamente sobre la posibilidad de un cambio de política respecto a la liturgia tradicional, mons. Moth evitó cualquier gesto de ruptura con el marco establecido tras el motu proprio Traditionis custodes. Explicó que, en su diócesis de origen, el número de sacerdotes que celebran según el rito antiguo es reducido y que la provisión existente respondía únicamente a las necesidades pastorales reales.
“El número de celebraciones era el que necesitábamos en la diócesis”, afirmó, añadiendo que, tras la publicación de las nuevas normas vaticanas, actuó conforme a lo solicitado: escribió a la Santa Sede, expuso la situación concreta y pidió permiso para que esa provisión continuara. Dicho permiso, subrayó, fue concedido.
Estas declaraciones sitúan al arzobispo electo claramente dentro del enfoque actual promovido desde Roma, en el que los obispos deben regular estrictamente las celebraciones de la liturgia preconciliar y, en determinados casos, solicitar autorización expresa para su continuidad.
Sin gestos ideológicos ni promesas anticipadas
Mons. Moth evitó presentarse como un referente o valedor de la liturgia tradicional, describiéndola más bien como una realidad pastoral entre otras. También recalcó que sería prematuro comprometerse a políticas concretas en una archidiócesis que aún no conoce en profundidad.
“Soy completamente nuevo aquí, tengo mucho que aprender y aún no me he asentado”, señaló. Cualquier decisión futura —añadió— deberá partir del conocimiento de las personas y de la situación real, mediante diálogo y discernimiento pastoral. En un tono distendido, dejó entrever su estilo al afirmar que, como aficionado a la equitación, sabe que “nunca hay que lanzarse precipitadamente a un obstáculo”.
Continuidad y control en una sede clave
Con 67 años, Richard Moth sucede al cardenal Vincent Nichols, al frente de Westminster desde 2009 y ya en edad de jubilación. Su nombramiento lo convierte en la principal figura católica en la vida pública de Inglaterra y Gales, en una sede especialmente observada tanto por Roma como por los medios y el episcopado.
Según destaca The Catholic Herald, durante su etapa en Arundel y Brighton fue visto por algunos sacerdotes como un obispo que permitía espacio y evitaba confrontaciones innecesarias en relación con la Misa tradicional. Sin embargo, en su comparecencia pública rechazó cualquier narrativa de resistencia silenciosa, subrayando en cambio la obediencia, los procesos administrativos y la proporcionalidad pastoral.