El Papa ha autorizado este 18 de diciembre de 2025 la promulgación de varios decretos del Dicasterio de las Causas de los Santos, entre los que destaca, por su especial relevancia para España, el reconocimiento del martirio de once católicos asesinados en la provincia de Madrid entre 1936 y 1937, durante la persecución religiosa de la Guerra Civil.
Según informó la Santa Sede, el decreto reconoce el martirio del Siervo de Dios Ignacio Aláez Vaquero, seminarista, y de diez compañeros, entre ellos un sacerdote, varios seminaristas y fieles laicos, que fueron asesinados “por odio a la fe” en distintos puntos del territorio madrileño.
Mártires de la persecución religiosa en España
El reconocimiento oficial del martirio confirma que estas once víctimas fueron asesinadas exclusivamente por su condición de católicos, un criterio esencial en los procesos de beatificación por martirio. La causa se enmarca en el amplio número de procesos abiertos por la Iglesia para honrar a quienes dieron su vida por Cristo durante la persecución religiosa del siglo XX en España.
La provincia de Madrid fue uno de los escenarios más duros de aquella persecución, en la que miles de sacerdotes, religiosos y laicos fueron ejecutados sin juicio por su fe, en un contexto de violencia ideológica sistemática contra la Iglesia.
Un paso decisivo hacia la beatificación
Con este decreto, la Iglesia reconoce oficialmente que Ignacio Aláez Vaquero y sus compañeros murieron como auténticos mártires, lo que permite avanzar hacia su beatificación sin necesidad de la comprobación de un milagro atribuido a su intercesión.
El reconocimiento del martirio supone también un acto de memoria y justicia histórica, al reafirmar que estos crímenes no fueron simples episodios de violencia política, sino una verdadera persecución religiosa.
Otros decretos promulgados
En la misma audiencia concedida al cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos, el Papa autorizó también la promulgación de otros decretos, entre ellos el reconocimiento de un milagro atribuido al venerable Enrico Ernesto Shaw, así como las virtudes heroicas de varios siervos de Dios de Italia y de la India.
