Jimmy Lai, empresario católico y crítico del régimen, es declarado culpable en Hong Kong

Jimmy Lai, empresario católico y crítico del régimen, es declarado culpable en Hong Kong

Jimmy Lai, empresario de medios de comunicación, católico converso y conocido defensor de los derechos humanos en Hong Kong, fue declarado culpable este 15 de diciembre por múltiples violaciones de la ley de seguridad nacional impuesta por China. El veredicto pone fin a un largo proceso judicial que ha suscitado duras críticas internacionales y deja a Lai, de 78 años, ante la posibilidad real de una condena a cadena perpetua. La sentencia se dictará en una fecha aún por determinar.

La condena ha sido denunciada como un castigo ejemplarizante contra un laico católico que nunca ocultó su fe ni su oposición moral al autoritarismo. Sus abogados del despacho británico Doughty Street Chambers calificaron el fallo como “una mancha” para el sistema judicial de Hong Kong, mientras que la abogada principal, Caoilfhionn Gallagher, lo describió como “un veredicto vengativo y profundamente injusto” contra un hombre encarcelado desde hace cinco años en condiciones que violan el derecho internacional.

Persecución política y religiosa

Para la familia de Lai, el proceso nunca tuvo apariencia de justicia. Su hijo Sebastien afirmó que el fallo confirma que su padre ha sido procesado “únicamente por su valiente labor periodística y su compromiso inquebrantable con la verdad”. Su hija Claire subrayó que el veredicto demuestra que las autoridades “siguen temiendo lo que representa”, incluso debilitado físicamente por los años de prisión.

La situación de Lai ha movilizado a la Iglesia católica a nivel internacional. En 2021 recibió el premio Christifidelis Laici en Estados Unidos, y en 2022 fue distinguido con un título honorífico por la Catholic University of America. En 2023 fue nominado al Premio Nobel de la Paz junto al cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, también crítico con la política represiva de Pekín.

Ese mismo año, obispos y arzobispos de distintos países denunciaron la “crueldad y opresión” sufridas por Lai, reclamando su liberación inmediata. Para muchos, su caso se ha convertido en símbolo de la persecución contra cristianos y disidentes bajo regímenes totalitarios.

Fe vivida en la cárcel

Pese al deterioro de su salud, la familia de Lai ha insistido en que permanece firme en la fe. En declaraciones recientes, su hija relató que, tras una caída en prisión en la que no podía levantarse, su padre rezó a la Santísima Virgen y logró ponerse en pie. “Encuentras un gran consuelo en saber que Nuestra Señora lo está protegiendo”, afirmó.

Claire Lai expresó también el anhelo de poder volver a vivir gestos sencillos de vida cristiana en familia: “Ir juntos a Misa o sentarnos a la mesa, cosas que antes dábamos por sentadas”.

Presión internacional y silencio de Pekín

El caso ha provocado reacciones políticas de alto nivel. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que haría “todo lo posible” para lograr la liberación de Lai y abordó el asunto directamente con el presidente chino, Xi Jinping. El Congreso estadounidense, dirigentes británicos y organismos internacionales han reclamado su puesta en libertad y atención médica independiente.

Mientras tanto, Jimmy Lai continúa encarcelado. Para muchos católicos, su caso es ya el de un confesor de la fe en pleno siglo XXI, castigado no solo por lo que hizo, sino por lo que cree.

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