La diócesis de Masaka, en Uganda, ha confirmado el secuestro del sacerdote católico Rev. Fr. Deusdedit Ssekabira, ocurrido el pasado miércoles 3 de diciembre de 2025, presuntamente a manos de hombres vestidos con uniformes del Ejército ugandés. El hecho ha causado una profunda conmoción en la Iglesia local y ha reavivado el temor ante la persistente inseguridad que afecta también al clero.
Según el comunicado oficial firmado por el obispo de Masaka, monseñor Serverus Jjumba, el sacerdote —vicario en la parroquia de Bumangi y director de la escuela primaria Uplift— fue raptado alrededor de la una de la tarde en la zona de Katwe, dentro de la ciudad de Masaka, cuando se encontraba en su oficina desempeñando labores pastorales y educativas.
Conmoción e incertidumbre sobre su paradero
El obispo Jjumba señala que el secuestro ha provocado dolor y consternación no solo en la diócesis de Masaka, sino en toda la Iglesia católica de Uganda, así como en la familia del sacerdote. Hasta el momento, no se ha facilitado información oficial sobre su paradero, ni se han aclarado las circunstancias que rodean el secuestro.
La diócesis ha indicado que, junto con asesores legales, está realizando todas las gestiones que están a su alcance para lograr la liberación del sacerdote sin daño alguno, aunque reconoce la gravedad y complejidad de la situación.
Llamamiento urgente a la oración
Ante la falta de noticias y la inquietud creciente, el obispo de Masaka ha pedido a todos los sacerdotes de la diócesis que recen un Triduo del Rosario, consistente en tres días consecutivos de oración con los Misterios Dolorosos, por la liberación del padre Ssekabira, por la Iglesia y por el país.
Este llamamiento se ha extendido también a todas las parroquias, comunidades y fieles, invitándolos a unirse en oración, conscientes de que la situación supera los medios humanos y requiere una respuesta espiritual firme y perseverante.
Un lugar marcado por la memoria del sufrimiento
El comunicado fue emitido desde la Catedral de Nuestra Señora de los Dolores, en Kitovu, un lugar profundamente simbólico para la Iglesia local. Allí mismo recuerda el obispo que, en 1976, durante uno de los periodos más violentos de la historia reciente del país, fue secuestrado monseñor Clement Mukasa, quien nunca volvió a ser visto.
La situación de los cristianos en Uganda
Uganda es un país de mayoría cristiana, donde aproximadamente el 85 % de la población se identifica como católica o protestante. La Iglesia católica tiene una presencia amplia y decisiva en la vida social del país, especialmente a través de escuelas, hospitales y obras de caridad, que llegan a millones de personas.
Sin embargo, esta mayoría numérica no se traduce en seguridad real. Desde hace décadas, Uganda vive bajo un clima de inestabilidad política, abusos de poder y violencia, que afecta también a líderes religiosos. Sacerdotes, religiosos y catequistas han sido objeto de amenazas, intimidaciones y secuestros, especialmente cuando su labor pastoral se cruza con la denuncia de injusticias, corrupción o violaciones de derechos humanos.
Aunque no existe una persecución religiosa sistemática contra los cristianos, sí se da una vulnerabilidad estructural, en la que la debilidad del Estado de derecho deja a muchos ciudadanos —incluidos los ministros de la Iglesia— expuestos a la violencia arbitraria.