El cardenal Baltazar Porras, arzobispo emérito de Caracas, informó hoy, 10 de diciembre, que fue impedido de viajar en el aeropuerto internacional de Maiquetía cuando se disponía a volar a Madrid para cumplir compromisos eclesiales.
El testimonio del cardenal Porras
En una carta dirigida hoy mismo a los obispos venezolanos, el cardenal Porras explica que, al presentar su pasaporte en el control migratorio, el documento fue retenido para una “consulta interna”. A partir de ese momento —según relata— recibió diferentes explicaciones sobre supuestos problemas técnicos o administrativos, hasta que finalmente un funcionario militar le informó que no podría viajar. El cardenal describe que le exigieron firmar un documento por “incumplimiento de normas”, sin autorización para obtener copia o fotografiarlo, y que la devolución de su equipaje también se vio demorada.
El comunicado emitido por la Cancillería de la Orden de San Lázaro confirma que el cardenal, Protector Espiritual del Gran Priorato de Venezuela, se dirigía a Madrid para participar en una ceremonia oficial, y que funcionarios de inmigración retuvieron no solo a Porras, sino también al Gran Prior José Antonio Rodríguez Rodríguez y a su esposa. Según la denuncia formal, al cardenal se le confiscó y anuló el pasaporte venezolano, y no se le permitió embarcar ni siquiera al presentar su pasaporte del Estado Vaticano. La Cancillería afirma que fue sometido a registros personales y revisión de su equipaje con perros detectores, lo que considera un trato incompatible con las normas internacionales que protegen la dignidad y prerrogativas diplomáticas de un cardenal de la Iglesia.
Prohibición de salida y las condiciones de la retención
Un reportaje publicado hoy por The Pillar, citando fuentes cercanas al cardenal, coincide en los elementos centrales: Porras fue retenido alrededor de dos horas, se le retiró el teléfono móvil y se le informó verbalmente que tenía prohibición de salida del país. El medio confirma que el pasaporte venezolano fue anulado en el lugar y que, por normativa interna, las autoridades impidieron que viajara con su pasaporte vaticano. La situación —según estas fuentes— se habría producido pese a que el viaje tenía carácter oficial y estaba vinculado a su rol eclesial.
El medio recuerda también que en semanas recientes se venían registrando tensiones entre el Gobierno venezolano y el cardenal, especialmente después de sus declaraciones en Roma con motivo de la canonización de los primeros santos venezolanos. Asimismo, señala que en octubre ya se le había impedido embarcar en un vuelo nacional y que incluso un desplazamiento privado se vio frustrado por decisiones de autoridades locales que obligaron a desviar su aeronave y bloquear su desplazamiento por tierra.
La Orden de San Lázaro eleva una protesta formal y exige garantías internacionales
La Cancillería del Gran Priorato de la Orden de San Lázaro sostiene que los hechos constituyen una vulneración del derecho internacional, en particular de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, que establece la inviolabilidad personal de agentes diplomáticos, la inmunidad de jurisdicción y el respeto a sus documentos y efectos personales. Por ello solicita que la Secretaría de Estado del Vaticano presente una protesta formal, que el Gran Priorato de España notifique la situación al superior de la Orden y que las autoridades venezolanas restituyan el pasaporte confiscado y garanticen el libre tránsito del cardenal.
Porras lamenta lo ocurrido y destaca la falta de claridad institucional
En su carta, Porras explica que comparte lo sucedido para evitar interpretaciones erróneas y porque la falta de información sobre decisiones administrativas constituye un problema que afecta a muchos ciudadanos. Señala que este tipo de episodios resulta especialmente significativo en el Día Mundial de los Derechos Humanos, que se conmemora hoy. Agradece el apoyo recibido y expresa su deseo de vivir este momento con serenidad propia del Adviento y la Navidad, indicando que no realizará declaraciones públicas adicionales.