El último EGM de 2025 confirma un cambio de tendencia en la radio española y deja a COPE como la única de las grandes cadenas generalistas que pierde audiencia.
La emisora de la Conferencia Episcopal Española cierra el año con 3.545.000 oyentes, lo que supone 270.000 menos que en 2024 y un 22,5 % de share.
El matinal, principal foco del descenso
El retroceso se concentra en la franja más decisiva del día. El programa matinal —tradicional motor de audiencia y de ingresos— registra 2.540.000 oyentes, frente a los 2.760.000 con los que terminó el año pasado.
La pérdida de 220.000 seguidores coincide con la reestructuración del formato y la incorporación de Jorge Bustos como copresentador.
Se trata del primer descenso relevante del matinal de COPE en varios años, que rompe la tendencia alcista iniciada tras la llegada de Carlos Herrera a la cadena.
El crecimiento de los competidores acentúa el contraste
Mientras COPE retrocede, Cadena SER y Onda Cero mejoran sus resultados.
- La SER alcanza 4.892.000 oyentes, su mejor cifra desde 2019.
- Onda Cero crece hasta 2.283.000, su mejor dato en una década.
- Carlos Alsina firma 1.736.000 oyentes, acercándose a Herrera más que nunca.
En este contexto, la caída de COPE resalta aún más: pierde cuota en un mercado que, en general, crece y consolida a sus principales actores.
Un movimiento estratégico que genera dudas
La renovación de las mañanas buscaba abrir una nueva etapa y reforzar la competitividad de COPE. Sin embargo, los primeros datos del EGM apuntan a que la fórmula no ha conseguido retener a la audiencia heredada. A pesar de ser propiedad de la Conferencia Episcopal, COPE sigue apostando en su franja principal por comunicadores liberales próximos al Partido Popular, en abierta desconexión con la doctrina social de la Iglesia y con un modelo que empieza a mostrar claros signos de agotamiento. Los datos del EGM reflejan que los tiempos cambian y que los paradigmas bumeriles sobre los que Barriocanal y varios obispos han sostenido la estrategia de la cadena durante años pueden comenzar a resquebrajarse: la incorporación de Bustos muestra desde el principio una grieta que se ha abierto muy rápido a pesar de seguir conviviendo con Herrera. Esto evidencia que COPE podría derrumbarse si no se adapta a la nueva realidad cultural y mediática.
Aunque todavía es pronto para extraer conclusiones definitivas, el descenso de más de 200.000 oyentes en la franja estrella plantea interrogantes sobre la idoneidad del cambio y sobre el encaje de Jorge Bustos en un formato que, hasta ahora, se había caracterizado por estabilidad y crecimiento.
Primer aviso para la nueva etapa matinal
Con una caída anual de 270.000 oyentes y un retroceso significativo en la mañana, COPE afronta 2026 con la necesidad de revisar su estrategia.
El impacto de la incorporación de Bustos, lejos de consolidarse, aparece en este primer balance como un factor que podría comprometer la continuidad del modelo si la tendencia no se corrige en las próximas oleadas del EGM.
