La celebración del Tota Pulchra volvió a reunir a numerosos fieles en la Catedral de Huesca con motivo de la solemnidad de la Inmaculada Concepción. Esta tradición, documentada en el manuscrito catedralicio Consueta Oscensis, forma parte de la identidad religiosa local desde el siglo XVI y está vinculada al voto realizado por el Concejo municipal y el Cabildo catedralicio en 1619. Sus orígenes se remontan a 1450, cuando el pueblo de Huesca realizó un voto a la Inmaculada durante una epidemia de peste.
Participación institucional y desarrollo de la ceremonia
Según relató El Diario de Huesca, la ceremonia contó con la presencia de representantes del Cabildo catedralicio, autoridades municipales encabezadas por la alcaldesa Lorena Orduna y miembros del Instituto Ramón y Cajal, heredero desde 1845 de la antigua Universidad Sertoriana. La procesión litúrgica se inició al ritmo del himno mariano Ave Maris Stella y dio paso a la celebración de la Eucaristía.
Más de un millar de personas asistieron al acto, que mantuvo la estructura habitual de esta festividad en la Catedral oscense.
Interpretación musical del Tota Pulchra
La parte musical estuvo dirigida por José Vicente Pardo Bellido, profesor del Conservatorio de Huesca. Participaron músicos de varias orquestas, así como los coros de la Capilla de Música de la Catedral, coros parroquiales, el Coro Ars Musicae y los solistas Marina Lansac, Alejandro Escuer y María Jesús Ramón.
La interpretación del Tota Pulchra, obra compuesta por Giovanni Cesare Aldega y perteneciente a las segundas vísperas de la Inmaculada Concepción, constituyó el momento central del acto. El texto latino, que recoge expresiones tomadas del Cantar de los Cantares, fue interpretado ante una asamblea en silencio.
Tras esta pieza se interpretó el Salve Regina de Hilarión Eslava, conforme a la programación musical prevista para la celebración.
Contenido de la homilía
En la homilía, monseñor Pedro Aguado Cuesta recordó la importancia histórica del voto a la Inmaculada en la identidad religiosa local. Señaló que la tradición es anterior a la definición dogmática promulgada en 1854 y destacó diversos aspectos de la figura de María, a la que describió como creyente, madre, educadora, discípula y testigo.
El obispo invitó a los presentes a vivir el Adviento atendiendo a las necesidades sociales actuales y concluyó pidiendo que el voto a la Inmaculada inspire actitudes de servicio y solidaridad durante el año.
Clausura de la celebración
La ceremonia concluyó con la interpretación del Gaudeamus Igitur, himno universitario asociado históricamente a la Universidad Sertoriana de Huesca (1354–1845). Este cierre forma parte habitual de la celebración y subraya la vinculación entre la tradición religiosa y el pasado académico de la ciudad.
