Durante su homilía por la Inmaculada, el obispo de Maguncia (Alemania), Peter Kohlgraf, pidió reinterpretar la identidad católica en clave de apertura y diálogo, y calificó de “absurdo” que se afirme que él y otros prelados alemanes ya no son católicos. Sus declaraciones, recogidas por Katholisch.de, se producen en un contexto de creciente tensión entre Roma y sectores del episcopado alemán por propuestas contrarias al Magisterio.
“No somos menos católicos”: el obispo responde sin abordar el problema
En la catedral de Maguncia, Peter Kohlgraf aseguró que es “un absurdo” afirmar que él y otros obispos alemanes han dejado de ser católicos. Sin embargo, no respondió al fondo de estas críticas, que tienen que ver con las propuestas del Camino Sinodal alemán para modificar enseñanzas de fe y de moral que la Iglesia considera irreformables.
El obispo explicó que la fiesta de la Inmaculada le había llevado a pensar “qué significa hoy ser católico” y lamentó que algunos reduzcan la fe a unos pocos temas “polémicos”. Pero no mencionó que precisamente esos “temas” afectan a la moral sexual, al sacerdocio, a la Revelación y a otros puntos sobre los que Roma ya ha intervenido en varias ocasiones.
Una visión que relativiza la verdad de la fe
Kohlgraf insistió en que no basta con defender una verdad que, según él, estaría “desconectada” de los tiempos actuales. Criticó a quienes sostienen que existen verdades inmutables que deben proclamarse siempre del mismo modo. Pero esa es justamente la enseñanza constante de la Iglesia: la verdad revelada no cambia con el clima cultural.
En su lugar, propuso definir el ser católico como una actitud dialogante. Según él, no es católico quien proclama con firmeza las enseñanzas de la Iglesia, sino quien “trata de entender al otro”. Presentar la fidelidad doctrinal como una agresión y reemplazarla por una disposición psicológica es, de hecho, una forma de relativizar la fe: sustituye el contenido por la actitud.
El obispo afirma que “uno puede no tener razón” incluso en materia de fe
Otro punto de su homilía generó inquietud. Kohlgraf dijo que ser católico significa admitir que uno puede no tener razón y que la opinión del otro puede ser necesaria para comprender la fe. Esto, aplicado a nivel personal, puede expresar humildad; pero aplicado por un obispo en el ámbito doctrinal, deja la verdad revelada en un plano opinable.
No es la misión de un sucesor de los apóstoles “ver si tiene razón” frente a otras opiniones, sino custodiar la fe que la Iglesia ha recibido. Roma lo ha recordado en múltiples ocasiones, especialmente a los obispos alemanes.
Una tendencia ya conocida del episcopado alemán
Kohlgraf habló también de una Iglesia que será “más pequeña e internacional”, pero “más decidida”. Sin embargo, sus palabras encajan con una tendencia ya habitual en Alemania: redefinir la identidad católica a partir de categorías sociológicas y psicológicas, dejando en segundo plano los contenidos doctrinales.
Mientras los obispos alemanes insisten en que las críticas son injustas, la Santa Sede ha advertido expresamente que algunas propuestas del Camino Sinodal no pueden adoptarse sin romper la unidad de la Iglesia. Las declaraciones de Kohlgraf van en esa misma dirección: más diálogo, menos doctrina; más relatividad, menos claridad.
