La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha publicado los galardonados de los Premios ¡Bravo! 2025, presentados como un reconocimiento al servicio a la dignidad humana y a los valores evangélicos en el ámbito de la comunicación. Sin embargo, la propia lista hecha pública por la CEE revela un hecho difícil de obviar: una parte notable de los premiados pertenece directamente al ámbito comunicativo del episcopado. Tanto COPE como TRECE —medios integrados en Ábside Media, propiedad de la Iglesia en España— figuran entre los distinguidos, lo que transmite la impresión de que la institución vuelve a premiar a sus propios actores.
Este reparto, legítimo en la forma, resulta menos convincente en el fondo. Cuando los galardones destinados a destacar la excelencia comunicativa recaen de manera significativa en los medios que ya dependen de la CEE, la sensación de autopromoción aparece de manera inevitable.
Un jurado interno y una imagen poco abierta
El jurado de esta edición está compuesto íntegramente por responsables de comunicación vinculados a la propia Iglesia, desde el área socio-religiosa de Ábside Media hasta los departamentos de prensa, cine y comunicación de la CEE. Esta uniformidad en la composición del tribunal refuerza la coherencia institucional, pero también reduce la pluralidad de criterios y alimenta la percepción de que los premios responden —al menos en parte— a la lógica interna del sistema eclesial.
Aunque la CEE subraya que estos galardones buscan distinguir el compromiso con los valores evangélicos en los medios, el predominio de premiados procedentes del propio entorno invita a preguntarse si el certamen está cumpliendo realmente esa misión o si se ha convertido en un mecanismo de validación interna más que en un reconocimiento amplio al mundo de la comunicación.
La edición de 2025, en cifras y contexto
El resto de premiados incluye a Fernando Ónega (Premio Especial), Javier Cercas (Prensa), Alauda Ruiz de Azúa (Cine), Rosalía (Música), entre otros.
La CEE recuerda que los Premios ¡Bravo! alcanzan este año su 56ª edición y que la entrega tendrá lugar en torno a la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del 17 de mayo de 2026. La información publicada muestra una combinación de premiados externos y eclesiales, pero con un peso institucional que inevitablemente marca la lectura de esta edición.
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