La Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB) se enfrenta a un nuevo escándalo tras conocerse que su programa oficial contra la pobreza, la Catholic Campaign for Human Development (CCHD), ha concedido 355.000 dólares a la Ostara Initiative, una organización que —según documentación publicada por el Lepanto Institute— promueve abiertamente el acceso al aborto entre mujeres privadas de libertad.
Desde 2019, la CCHD ha financiado a Ostara en seis ocasiones, pese a que las normas del propio programa prohíben otorgar ayudas a entidades que contradigan la doctrina moral católica, especialmente en cuestiones como el aborto, la anticoncepción o la ideología de género.
Una “iniciativa proaborto” con fondos católicos
El informe del Lepanto Institute presenta declaraciones públicas de las directivas de Ostara, en las que defienden el aborto como un “derecho constitucional”.
En 2018, Erica Gerrity, cofundadora y directora ejecutiva, reconoció que el Minnesota Prison Doula Project —una de las ramas de Ostara— “trabajaba para apoyar a mujeres encarceladas que buscaban acceso a atención reproductiva, incluido el aborto”.
Ese mismo año, Rebecca Shlafer, directora de investigación de la organización, afirmaba en una entrevista:
“Estamos tratando a la gente como basura y no les damos acceso a interrumpir su embarazo cuando quieren.”
En 2022, las mismas dirigentes —junto a otras colaboradoras de Ostara— firmaron el artículo Justice for Incarcerated Moms Act of 2021, donde denunciaban que “las personas embarazadas en prisión han sido privadas de su derecho constitucional al aborto”.
Grave denuncia al episcopado estadounidense
Para Michael Hichborn, presidente del Lepanto Institute, el hecho de que un organismo dependiente de los obispos financie reiteradamente a una organización abiertamente proaborto constituye una violación frontal del magisterio católico:
“Es completamente incomprensible que los obispos de Estados Unidos estén financiando esta organización. Les hemos proporcionado pruebas sólidas desde 2020, y ni siquiera han respondido a esta flagrante contradicción con la doctrina católica.”
Hichborn añadió que este caso demuestra que la CCHD “carece de integridad” y “viola sus propias políticas”, llegando a calificar la situación de escándalo moral:
“Los obispos afirman que la CCHD nunca financia grupos que promueven el aborto, pero los hechos demuestran lo contrario. La única solución es cerrar definitivamente este programa.”
Una polémica recurrente
No es la primera vez que la CCHD —creada en 1969 como el programa de acción social de la USCCB— se ve envuelta en controversias por destinar fondos a organizaciones contrarias a la doctrina católica.
En los últimos años, el Lepanto Institute ha documentado numerosos casos de financiación a entidades que apoyan políticas abortistas o de ideología de género bajo el pretexto de “lucha contra la pobreza”.
Pese a los reiterados informes y denuncias, la USCCB no ha emitido hasta ahora ninguna declaración oficial sobre las subvenciones concedidas a Ostara ni ha anunciado una revisión del programa.
