El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, ha denunciado lo que calificó como una “amenaza existencial contra el cristianismo” en Nigeria, donde miles de fieles son asesinados cada año por grupos islamistas radicales. En una declaración difundida este jueves 31 de octubre a través de su cuenta en Truth Social, Trump anunció que designa a Nigeria como “país de especial preocupación” y urgió al Congreso estadounidense a tomar medidas inmediatas.
“Miles de cristianos están siendo asesinados. Los islamistas radicales son responsables de esta masacre. Estoy declarando a Nigeria un ‘País de especial preocupación’”, afirmó.
El mandatario comparó las cifras de víctimas —“3.100 frente a 4.476 en todo el mundo”— para subrayar la magnitud de la persecución en el país africano. “Cuando los cristianos, o cualquier grupo, son masacrados como ocurre en Nigeria, algo debe hacerse”, advirtió.
Trump pidió al congresista Riley Moore y al presidente del Comité de Asignaciones de la Cámara, Tom Cole, que investiguen la situación y presenten un informe. “Estados Unidos no puede quedarse de brazos cruzados mientras ocurren tales atrocidades”, añadió, asegurando que el país está “dispuesto, preparado y capacitado para salvar a nuestra gran población cristiana en todo el mundo”.
Nigeria, epicentro de la persecución religiosa
Nigeria vive desde hace años una ola de violencia que tiene como principales víctimas a las comunidades cristianas del norte y del cinturón central del país. Los ataques perpetrados por Boko Haram, Estado Islámico en África Occidental (ISWAP) y grupos armados conocidos como bandits han causado miles de muertos y desplazados, así como la destrucción de templos y aldeas enteras.
Diversas organizaciones, como Open Doors y la Sociedad Internacional para los Derechos Humanos, denuncian que Nigeria se ha convertido en uno de los países más peligrosos del mundo para los cristianos. A pesar de ello, la administración Biden eliminó en 2021 a Nigeria de la lista de “países de especial preocupación” en materia de libertad religiosa, decisión duramente criticada por asociaciones católicas y evangélicas.
Trump recupera un discurso en defensa de los cristianos perseguidos
Durante su presidencia (2017–2021), Donald Trump promovió una política exterior que priorizaba la defensa de la libertad religiosa, especialmente en países donde los cristianos son minoría y sufren persecución. Su nuevo pronunciamiento busca reinstalar el tema en la agenda internacional y presiona a la actual administración para restaurar la protección diplomática de las comunidades cristianas.
El mensaje de Trump, difundido con tono de urgencia, llega en vísperas del Día de Todos los Santos y pone nuevamente en el foco el drama silencioso de miles de mártires contemporáneos. “Nos mantenemos listos, dispuestos y capaces de salvar a nuestra gran población cristiana en todo el mundo”, concluyó.
Una denuncia que interpela a Occidente
Más allá del tono político, las palabras de Trump reflejan una realidad ampliamente documentada: la persecución religiosa contra los cristianos es hoy más intensa que nunca. La pasividad de los gobiernos occidentales ante esta tragedia contrasta con la firmeza que sí muestran en otros frentes ideológicos.
Mientras en muchos países se promueven leyes hostiles a la fe, miles de católicos y protestantes son asesinados en silencio por confesar el nombre de Cristo. La apelación del expresidente estadounidense resuena, así, como un recordatorio incómodo de la deuda moral de Occidente con sus raíces cristianas.
