Por primera vez, el Comité de las Obras Misionales Pontificias (OMP) en Jordania ha organizado un encuentro nacional bajo el lema “De Tierra Santa al mundo: peregrinos y misioneros de la esperanza”. El evento se celebró a finales de octubre en el Centro Nuestra Señora de la Paz, con la participación de congregaciones religiosas, grupos juveniles y scouts de distintas regiones del país.
Seegún informó la Agencia Fides, el encuentro, marcado por un ambiente de fe y fraternidad, fue inaugurado con la Eucaristía presidida por el padre Koubrianos Hanna Koubrianos, director nacional de las OMP en Tierra Santa. Posteriormente, el padre Ibrahim Nino, párroco de Fuheis, ofreció una conferencia espiritual sobre el sentido de la misión cristiana en el mundo contemporáneo.
A lo largo de la jornada, los participantes tomaron parte en momentos de oración, reflexión y diálogo, así como en la proyección de breves vídeos que mostraban experiencias misioneras de diversas partes del mundo. También se realizaron sesiones en grupo para compartir testimonios y fortalecer el compromiso apostólico.
Inspirados por las palabras del Papa León XIV con motivo de la reciente Jornada Mundial de las Misiones, los asistentes profundizaron en el llamado a ser testigos del Evangelio incluso en medio de la dificultad.
“El encuentro ha sido un pequeño faro de esperanza”, afirmó el padre Koubrianos. “En un contexto delicado para esta región, hemos redescubierto que la misión comienza con los más cercanos, tendiendo la mano y llevando a Cristo. Este primer paso marca el inicio de un camino que confiamos al Señor”.
Un signo de fe en medio de la inestabilidad
El encuentro de las OMP en Jordania adquiere una relevancia particular por celebrarse en una tierra marcada por la tensión y el dolor de Oriente Medio. Allí, donde tantas comunidades cristianas luchan por sobrevivir, este gesto sencillo se convierte en un testimonio de esperanza y perseverancia. Reunir a jóvenes, religiosos y laicos bajo el lema de la misión significa proclamar que la Iglesia sigue viva y activa en la cuna del cristianismo.
El mensaje resuena con fuerza: la evangelización no se detiene por las dificultades, sino que se fortalece en ellas. Como recuerda el lema del encuentro, “de Tierra Santa al mundo”, la misión comienza en los lugares donde Cristo caminó, pero se extiende a toda la humanidad. En tiempos de confusión y violencia, los misioneros de la esperanza son quienes mantienen encendida la luz del Evangelio.
