Monseñor Andrés Ferrada, exsecretario del Dicasterio para el Clero, regresa a Chile como obispo de Chillán

Monseñor Andrés Ferrada, exsecretario del Dicasterio para el Clero, regresa a Chile como obispo de Chillán

El Santo Padre León XIV ha nombrado a Monseñor Andrés Gabriel Ferrada Moreira como nuevo obispo de la diócesis de San Bartolomé de Chillán (Chile), trasladándolo desde la sede titular de Tiburnia y del cargo de secretario del Dicasterio para el Clero, manteniendo el título personal de arzobispo. Así lo anunció este viernes 31 de octubre de 2025 la Sala de Prensa de la Santa Sede.

Nacido en Santiago de Chile el 10 de junio de 1969, Mons. Ferrada cursó estudios de Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile y obtuvo el Baccalaureatus in Theologia en el Seminario Pontificio de Santiago. Posteriormente se licenció en Ciencias Bíblicas en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y se doctoró en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana.

Ordenado sacerdote el 3 de julio de 1999, desempeñó diversos cargos pastorales, académicos y formativos en Chile y Alemania antes de ser llamado a Roma en 2018 como oficial de la Congregación para el Clero. En 2021 fue nombrado secretario del mismo Dicasterio y ordenado arzobispo titular de Tiburnia. Es miembro del Dicasterio para la Evangelización y del Dicasterio para los Obispos.

Un cambio con lectura interna en la Curia

El nombramiento de Mons. Ferrada Moreira supone su salida definitiva de la Curia Romana, donde había sido uno de los colaboradores más cercanos al pontificado anterior. Según el medio Silere Non Possum, el traslado a Chillán representa “el cierre de un capítulo marcado por tensiones internas” dentro del Dicasterio para el Clero.

El artículo señala que el nuevo pontificado de León XIV continúa con determinación un proceso de renovación de la Curia, corrigiendo estilos de gobierno “excesivamente centralizados” heredados del pasado. Citando a fuentes vaticanas, el medio apunta que la gestión de Ferrada estuvo caracterizada por un “método rígido y confrontativo”, que habría provocado fricciones tanto con colaboradores directos como con numerosos obispos diocesanos de distintas partes del mundo.

“El regreso de Ferrada a Chile es recibido con un suspiro de alivio, tanto en los pasillos del Vaticano como en las diócesis”, escribe Silere Non Possum, que subraya la esperanza de que el Santo Padre nombre ahora un sucesor “capaz de restaurar un clima de paternidad y discernimiento pastoral en el Dicasterio”.

Una figura marcada por contrastes

Durante su etapa en Roma, el prelado chileno concentró responsabilidades dentro del organismo encargado de la formación y atención del clero. Silere Non Possum describe su paso por la Curia como una época de decisiones controvertidas y de pérdida de confianza por parte de algunos obispos. Entre las críticas, se mencionan demoras en los procesos administrativos y un trato desigual hacia casos sensibles relacionados con sacerdotes.

No obstante, Ferrada también fue reconocido por su capacidad académica y su profundo conocimiento teológico. Su nombramiento episcopal en Chile podría interpretarse como una oportunidad de reconciliación pastoral tras años de servicio en el centro administrativo de la Iglesia universal.

Una nueva etapa en Chile

La diócesis de San Bartolomé de Chillán tiene cerca de 400.000 fieles y una rica historia eclesial en el sur de Chile. El nuevo obispo asumirá el desafío de revitalizar la pastoral diocesana en un contexto de secularización creciente y de reconstrucción moral tras los años de crisis eclesial en el país.

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