En la diócesis de Pekín, la “práctica sinodal” ha tomado una forma literal. Con el lema “caminar juntos” transformado en “correr juntos”, una treintena de sacerdotes y un obispo participaron el pasado 24 de octubre en la primera edición de la llamada “Media Maratón Sinodal Pegaso”, un evento promovido por el obispo Giuseppe Li Shan y organizado por el obispo coadjutor Matteo Zhen Xuebin, conocido aficionado al atletismo.
El objetivo de esta iniciativa, según la diócesis, fue fomentar entre el clero la importancia de cuidar tanto la salud espiritual como la corporal, para servir con renovada energía en su ministerio sacerdotal. La carrera, de 21 kilómetros, se desarrolló a lo largo del río Wenyu, el principal curso de agua de la capital china.
Una carrera con sentido espiritual y comunitario
Según informó la Agencia Fides, el encuentro deportivo tuvo lugar tras un retiro espiritual de cinco días iniciado el 20 de octubre, bajo el lema “Observar los preceptos y cultivar el crecimiento interior”. Este contexto, remarcan los organizadores, dio a la maratón un carácter simbólico de esfuerzo, perseverancia y comunión entre los sacerdotes de Pekín.
Los participantes asumieron la carrera bajo tres principios: “participar según las propias capacidades”, “reconocer el valor de la salud” y “dar prioridad a la participación sobre la competencia”. Aun así, algunos tomaron la prueba con notable seriedad: el mejor tiempo registrado fue de 1 hora, 37 minutos y 58 segundos.
Llamado a la observancia y fidelidad
Durante el retiro, el obispo Li Shan exhortó a los sacerdotes a mantener una sólida conciencia moral y disciplinaria, recordando la necesidad de observar los preceptos, cumplir las normas y ser fieles a la vocación sacerdotal. Las palabras del obispo coinciden con las recientes directrices de las autoridades políticas chinas, que insisten en “cultivar la vida interior” y “promover la integridad”.
El obispo coadjutor Matteo Zhen Xuebin, por su parte, animó a practicar la sobriedad, evitar el despilfarro y mantenerse fieles a la disciplina eclesial. También intervino el padre Giuseppe Wu Qinjing, quien meditó sobre el llamado a la santidad, subrayando que un sacerdote auténtico “sirve con mayor eficacia cuando su vida es testimonio vivo de Cristo”.
Un signo de comunión en tiempos difíciles
El evento, descrito por la diócesis como una oportunidad para “fortalecer la confianza mutua”, muestra una faceta inusual pero significativa de la vida eclesial en China: la búsqueda de unidad, disciplina y testimonio, aun en un contexto de control y vigilancia hacia la Iglesia.
Más allá de la anécdota deportiva, la “Media Maratón Sinodal” parece expresar una intención más profunda: mantener el espíritu de comunión y fidelidad al ministerio sacerdotal en una Iglesia llamada a perseverar en medio de tensiones externas y exigencias internas.
