El obispo suizo Marian Eleganti ha criticado duramente la decisión del Vaticano de habilitar una sala de oración para musulmanes dentro de la Biblioteca Apostólica Vaticana, provista con una alfombra ritual para el rezo islámico.
En declaraciones exclusivas a LifeSiteNews, el prelado advirtió que “el islam es naturalmente expansivo” y que permitir este tipo de gestos simbólicos en el corazón de la Santa Sede podría interpretarse como una forma de cesión cultural y religiosa.
“En cuanto un musulmán reza allí, de algún modo —no puedo asegurarlo del todo—, pero no me sorprendería que se perciba como un punto de arraigo o un puesto avanzado de la dominación que el islam naturalmente busca”, explicó.
“El islam quiere dominio absoluto”
El obispo Eleganti, conocido por su defensa de la ortodoxia católica, sostuvo que “el islam quiere la dominación absoluta; es intrínsecamente intolerante y ha hecho desaparecer el cristianismo en todas partes donde se impuso”.
Recordó además la asimetría religiosa entre ambas confesiones:
“A nosotros nunca se nos permitiría instalar una capilla en La Meca, el lugar más sagrado del islam, donde pudiéramos celebrar la Santa Misa”, subrayó.
El prelado también advirtió que el islam “no está realmente inspirado por Dios, sino concebido deliberadamente en sentido anticristiano”, al negar la divinidad de Cristo y la Santísima Trinidad.
“Es una religión que combate la filiación divina de Jesús y su papel absoluto como mediador entre Dios Padre y los hombres”, afirmó.
La decisión del Vaticano y las críticas
A comienzos de octubre, el viceprefecto de la Biblioteca Apostólica Vaticana, Giacomo Cardinali, confirmó al diario La Repubblica que se había dispuesto una sala especial con alfombra para el rezo musulmán.
“Algunos estudiosos musulmanes nos han pedido una sala con alfombra para orar, y se la hemos dado”, declaró.
La noticia ha provocado una ola de críticas entre comentaristas católicos, que ven en este gesto un signo de indiferentismo religioso y ambigüedad doctrinal respecto a la identidad católica del Vaticano.
“Una religión emocional, sin verdad ni distinción”
El obispo suizo lamentó lo que calificó como una “visión ingenua y surrealista” del islam dentro de algunos sectores del Vaticano.
“Quienes apoyan esto muestran una religión puramente emocional: somos amables, abiertos, tolerantes, acogedores, dialogantes… Pero es una religiosidad que ya no toma en serio la verdad ni las diferencias”, explicó.
Eleganti denunció que se pretende “alcanzar una unidad con religiones heterodoxas sin plantearse la cuestión de la verdad”.
También recordó que “los musulmanes ya tienen grandes mezquitas en Roma”, por lo que “no hay necesidad de que recen en el Vaticano”.
“Nadie entiende eso, y no me parece bien”, concluyó.
Un gesto que reabre el debate sobre el diálogo interreligioso
Las declaraciones de monseñor Eleganti reavivan el debate sobre los límites del diálogo interreligioso y el riesgo de diluir la identidad católica en nombre de una apertura mal entendida. La crítica del prelado refleja una preocupación creciente dentro de la Iglesia: que la búsqueda de armonía con otras religiones no se convierta en renuncia a la verdad revelada y a la centralidad de Cristo.
