Obispo alemán renuncia para casarse y arremete contra el celibato sacerdotal

Obispo alemán renuncia para casarse y arremete contra el celibato sacerdotal

El escándalo del obispo alemán Reinhold Nann, que renunció al gobierno pastoral de Caravelí (Perú) en julio de 2024 y un año después confesó haberse casado civilmente, ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre el celibato sacerdotal. Su testimonio personal, publicado en un blog, no sólo revela un drama individual, sino también una peligrosa narrativa: presentar el celibato como un “lastre” en lugar de reconocerlo como lo que siempre ha sido en la Iglesia latina, un signo de entrega total a Cristo y a su pueblo.

Una renuncia que escondía más que “motivos de salud”

Cuando la Santa Sede aceptó la renuncia de Nann en 2024, la explicación oficial hablaba de cansancio y depresión. Pero en octubre de 2025 el propio prelado admitió que el verdadero motivo fue haberse enamorado de una mujer y casarse. Reconoce incluso que vive “en pecado grave” al no tener aún dispensa del estado clerical. La versión inicial de “agotamiento pastoral” terminó siendo una cortina de humo para ocultar lo esencial: un obispo dejó su ministerio para fundar una familia, pero sin esperar la dispensa formal de Roma.

El discurso contra el celibato

Más preocupante aún es el mensaje que lanza. En su blog, Nann asegura que la obligatoriedad del celibato “hace más daño que bien” y lo presenta como una causa de frustración y soledad. Estas afirmaciones son las que hieren más profundamente a la Iglesia: un obispo que se benefició durante décadas de la confianza de los fieles ahora relativiza la disciplina que libremente abrazó en su ordenación.

Se trata de un discurso recurrente en ámbitos progresistas, sobre todo en Alemania, donde el llamado “Camino Sinodal” insiste en debilitar la tradición del celibato. El caso Nann se convierte así en un pretexto más para quienes buscan normalizar la idea de sacerdotes casados, en lugar de defender la belleza de un ministerio totalmente entregado a Dios y a la Iglesia.

La dimensión eclesial: daño a la credibilidad

El episodio no puede ser reducido a un “problema personal”. La renuncia de un obispo para casarse, acompañada de acusaciones contra la jerarquía y de críticas al celibato, debilita la autoridad moral del clero en su conjunto. Más aún en un tiempo en que la Iglesia sufre la herida de los abusos y necesita pastores coherentes y firmes en su testimonio.

La incoherencia de Nann —abandonar el ministerio mientras mantiene declaraciones públicas contra la disciplina que juró observar— erosiona la confianza de los fieles y se convierte en escándalo. Lo más grave es la confusión que genera en el pueblo sencillo, que ve cómo un obispo relativiza uno de los pilares de la identidad sacerdotal.

Defender el celibato, fortalecer a los sacerdotes

El celibato no es un capricho eclesiástico ni un resabio medieval, sino un don de la Iglesia latina que manifiesta la unión plena del sacerdote con Cristo. Suprimirlo o relativizarlo bajo el pretexto de la soledad es ignorar la riqueza espiritual que durante siglos ha dado frutos de santidad y entrega.

La solución no está en debilitar la disciplina, sino en reforzar el acompañamiento humano y espiritual de los sacerdotes, sobre todo en situaciones de misión, soledad y desgaste pastoral. El caso Nann muestra que, cuando falta verdadero apoyo y vida comunitaria, un ministro puede ceder a la tentación de abandonar. Pero también enseña que relativizar el celibato como respuesta no sólo no soluciona el problema, sino que multiplica la confusión.

El matrimonio civil de Reinhold Nann tras su renuncia episcopal es un drama personal, pero no puede convertirse en argumento para socavar el celibato sacerdotal. La Iglesia no puede permitir que casos como éste sean instrumentalizados para promover cambios que traicionan su tradición y su misión.

El verdadero camino es la fidelidad al Evangelio y al magisterio: sostener a los sacerdotes en su vocación y defender con firmeza el celibato como signo de entrega plena y radical al Señor.

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