La canonización de los beatos José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles, celebrada el 19 de octubre en la plaza de San Pedro, ha despertado en Venezuela un ambiente de fiesta, pero también de controversia. Según recoge The Pillar, el gobierno de Nicolás Maduro busca capitalizar políticamente la celebración de los primeros santos venezolanos, en medio de denuncias internacionales por violaciones de derechos humanos y una crisis económica devastadora.
Gobierno y canonización: propaganda en medio de la represión
El régimen ha financiado y organizado actos masivos en Venezuela para celebrar a “José Gregorio” y a “Madre Carmen”, con el claro objetivo de desviar la atención de la represión interna y el aislamiento internacional. Críticos señalan que, tras las elecciones de 2024 denunciadas como fraudulentas, se ha desatado la mayor persecución política de los últimos años: miles de presos, exiliados y censura incluso en mensajes privados de WhatsApp.
Mientras tanto, la líder opositora María Corina Machado —reciente Premio Nobel de la Paz— lanzó una campaña mundial de oración pidiendo la liberación de todos los presos políticos, llamamiento que resonó en la reciente carta pastoral de los obispos venezolanos, en la que solicitaron indultos como gesto de reconciliación.
La posición de la Iglesia: entre la profecía y la prudencia
El cardenal Baltasar Porras, arzobispo emérito de Caracas y firme opositor del chavismo, advirtió en Roma del riesgo de manipulación política de las canonizaciones, subrayando que “nadie controla la santidad del pueblo”. Su intervención, recordando a los presos políticos, fue recibida con una ovación de dos minutos, salvo por los representantes del gobierno presentes en la sala.
Por el contrario, el actual arzobispo de Caracas, Raúl Biord, mantiene una línea más conciliadora con el régimen. En agosto se dejó fotografiar sonriente junto a Nicolás Maduro y su hijo, lo que ha despertado recelos entre fieles y analistas que temen un exceso de complacencia en detrimento de la voz profética de la Iglesia.
Fe popular frente a manipulación política
El sostituto de la Secretaría de Estado, monseñor Edgar Peña Parra, insistió en que la canonización “es del pueblo” y no puede ser monopolizada por intereses políticos. La figura de José Gregorio Hernández, médico de los pobres, y de Madre Carmen Rendiles, religiosa fundadora, es profundamente querida por los venezolanos y difícil de reducir a propaganda oficial.
Sin embargo, la tensión es evidente: mientras el pueblo católico celebra con legítimo orgullo a sus primeros santos, el régimen intenta rentabilizar espiritualmente lo que no ha logrado ofrecer en libertad, justicia y bienestar. El desafío para la Iglesia será mantener clara su voz profética, sin permitir que la santidad sea usada como cortina de humo para encubrir la opresión.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando