Santa María Carmen Rendiles Martínez, la religiosa venezolana que abrazó la cruz con alegría

Santa María Carmen Rendiles Martínez, la religiosa venezolana que abrazó la cruz con alegría

María Carmen Rendiles Martínez nació el 11 de agosto de 1903 en Caracas, Venezuela. Su infancia estuvo marcada por el dolor y la responsabilidad: tras la muerte de su padre y de su hermano menor, se convirtió en apoyo indispensable para su madre en el cuidado de sus hermanos pequeños. Muy pronto aprendió a vivir la maternidad desde la ternura, la protección y la entrega cotidiana.

Desde niña sintió en su corazón la llamada a la vida consagrada. Sin embargo, una dificultad parecía cerrarle el camino: había nacido sin el brazo izquierdo, y por esa discapacidad fue rechazada en varios intentos de ingresar en comunidades religiosas.

Ingreso en las Siervas de Jesús

En 1927, su perseverancia encontró respuesta: fue admitida en la Congregación de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento, fundada en Francia a mediados del siglo XIX. Allí encontró su hogar espiritual y asumió con alegría el carisma de amor profundo a la Eucaristía y el servicio a los sacerdotes.

Sor María Carmen destacó por su humildad, su ardiente fe y su capacidad de transformar las limitaciones físicas en ocasión de entrega más plena a Cristo y a la Iglesia.

Fundadora de un nuevo instituto

Cuando, décadas después, la congregación decidió transformarse en Instituto Secular, las hermanas de Venezuela y Colombia manifestaron su deseo de continuar viviendo como religiosas. Con el impulso de sor María Carmen y la aprobación de la Santa Sede, nació en 1965 el nuevo instituto de las Siervas de Jesús, que en 1985 fue reconocido como instituto religioso de derecho pontificio.

Desde el inicio, primero de manera provisional y luego mediante elección en 1969, sor María Carmen fue la superiora general. Bajo su guía, la congregación vivió un tiempo de expansión y consolidación: las hermanas trabajaban en parroquias y seminarios, impartían catequesis, enseñaban en colegios, atendían a los pobres y confeccionaban ornamentos litúrgicos para los sacerdotes.

La cruz aceptada con amor

En 1974, un accidente automovilístico le dejó secuelas físicas importantes. Durante la dolorosa convalecencia, lejos de quejarse, repetía con serenidad:

Es una pequeña astilla más de la Cruz de Cristo y la llevo con entusiasmo y alegría.

A partir de entonces, se apoyó en muletas y en silla de ruedas, pero nunca dejó de visitar a sus hermanas y de animarlas en su misión. Su fortaleza espiritual brillaba aún más en medio de la debilidad del cuerpo.

Muerte y reconocimiento de la Iglesia

Sor María Carmen Rendiles entregó su alma a Dios el 9 de mayo de 1977 en Caracas, tras una vida de fidelidad inquebrantable al Señor y a la Iglesia. Su ejemplo de alegría en la cruz y de amor eucarístico marcó para siempre a su comunidad.

El papa Francisco la beatificó el 16 de junio de 2018, reconociendo su vida como un testimonio luminoso de santidad en medio de la fragilidad humana.

Este 19 de octubre de 2025, el papa León XIV la canonizará, inscribiéndola en el catálogo de los santos como modelo de consagrada que, aun en medio de sus limitaciones, abrazó la cruz y la transformó en camino de caridad y esperanza.

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