En un comunicado publicado hoy en el Boletín de la Santa Sede, el Papa ha nombrado a Mons. Sylvain Bataille nuevo arzobispo de Bourges (Francia). Hasta ahora obispo de Saint-Étienne, sucede a Mons. Jérôme Beau, trasladado en marzo de este año a la archidiócesis de Poitiers. La Misa de instalación de Bataille está prevista para el domingo 30 de noviembre en la catedral de Saint-Étienne de Bourges, según informó la Conferencia Episcopal Francesa.
Un obispo con amplia experiencia formativa
Nacido en Soissons (Aisne) el 22 de julio de 1964, Sylvain Bataille fue ordenado sacerdote en 1989 para la diócesis de Beauvais. Se incorporó pronto a la Sociedad San Juan María Vianney, conocida por su espiritualidad centrada en el sacerdocio. Su itinerario pastoral lo llevó a ser vicario en Beauvais, capellán escolar y párroco en Grandvilliers.
Desde muy temprano, su trayectoria estuvo marcada por la formación de seminaristas y sacerdotes: fue superior del seminario de la Sociedad San Juan María Vianney en Ars (2000-2009) y rector del Pontificio Seminario Francés de Roma (2009-2014). Posteriormente, sirvió como párroco en el Vexin y vicario general de la diócesis de Beauvais antes de ser nombrado obispo de Saint-Étienne en 2016.
Perfil académico y litúrgico
Bataille estudió Filosofía en Paray-le-Monial y Teología en el Pontificio Seminario Francés de Roma. Posteriormente obtuvo una licenciatura en Teología en el Institut Catholique de Paris y un grado en Liturgia y Teología sacramentaria en el Institut Supérieur de Liturgie de París. Su perfil académico lo ha vinculado de manera particular a la liturgia y a la pastoral sacramental, siendo miembro de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Francia entre 2016 y 2022.
Un episcopado con desafíos
Durante sus años en Saint-Étienne, Bataille se encontró con un contexto marcado por la secularización y la pérdida de práctica religiosa. Su elección para Bourges refleja la confianza en un pastor con experiencia en gobierno diocesano y en la formación sacerdotal, en un país donde la falta de vocaciones y la crisis de identidad eclesial se hacen cada vez más patentes.
A sus 61 años, asume la responsabilidad de una archidiócesis de larga tradición, que abarca los departamentos de Cher e Indre, y que necesita un nuevo impulso evangelizador. Su formación y experiencia en la vida litúrgica lo sitúan en una posición clave para custodiar la fe en un territorio profundamente marcado por la descristianización.