Un incendio destruye el monasterio donde san Carlo Acutis recibió la Primera Comunión

Un incendio destruye el monasterio donde san Carlo Acutis recibió la Primera Comunión

Según informó Corriere di Milano, este domingo 12 de octubre, un incendio devastador arrasó en pocas horas el monasterio de la Bernaga, en Valletta Brianza (Lecco), obligando a evacuar a las 21 monjas de clausura del instituto de las Romitas Ambrosianas. El fuego se desató poco después de las 20:00 horas del sábado, aparentemente a causa de un cortocircuito originado en una de las celdas del convento.

Las religiosas lograron ponerse a salvo, aunque una de ellas, de 87 años, resultó levemente intoxicada por el humo. Inicialmente fueron acogidas en el ayuntamiento local, y posteriormente reubicadas: 19 en la comunidad de las Pequeñas Apóstoles en Ponte Lambro y dos en un centro de acogida en Erba.

El convento de las Romitas Ambrosianas, del siglo XVII, sufrió daños irreparables

El monasterio, construido en el siglo XVII, sufrió pérdidas irreparables. Entre los daños se cuentan pinturas de gran valor, mobiliario antiguo y objetos litúrgicos. También quedó seriamente comprometida la iglesia adyacente, donde san Carlo Acutis —recientemente canonizado y proclamado patrono de internet— recibió la Primera Comunión el 16 de junio de 1998.

Decenas de dotaciones de bomberos, provenientes de Lecco, Merate, Monza Brianza y Como, trabajaron durante horas para sofocar las llamas y rescatar obras de arte. Pese a los esfuerzos, los daños materiales se califican de ingentísimos. El núcleo investigativo de los bomberos ha abierto diligencias para esclarecer las causas exactas.

La iglesia vinculada a san Carlo Acutis también resultó comprometida

El presidente de la región de Lombardía, Attilio Fontana, lamentó la tragedia en redes sociales, asegurando que el incendio “destruyó un lugar histórico del territorio, cuyas raíces se hunden en la Edad Media, hiriendo la memoria y la identidad de nuestra tierra”. En su mensaje, expresó cercanía al instituto de las monjas, a la diócesis y a la comunidad local “que durante generaciones encontró allí oración y consuelo”.

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