El pasado 4 de octubre, durante la Jornada Nacional de Oración celebrada en el Santuario Mariano de Subukia, el presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia (KCCB), monseñor Maurice Muhatia Makumba, anunció un cambio significativo en la liturgia del país: el vino utilizado hasta ahora en las celebraciones eucarísticas será sustituido por otro nuevo, aprobado oficialmente por los obispos.
Ante más de 50.000 fieles reunidos en la celebración, el arzobispo de Kisumu mostró dos botellas, una del vino que se empleaba hasta entonces y otra del nuevo, proveniente de Sudáfrica, que desde ese momento quedó establecido como el único autorizado para las misas en todas las diócesis de Kenia, según informó el medio local Daily Nation.
Motivos del cambio
Aunque monseñor Muhatia no detalló públicamente las razones, fuentes eclesiásticas confirmaron a la prensa local que la decisión responde a la amplia disponibilidad del vino anterior en supermercados, hoteles, bares y tiendas de licores. Esa situación, añadieron, había trivializado su carácter sagrado y facilitado un uso impropio fuera del contexto litúrgico. Con el cambio, los obispos quieren garantizar que el vino empleado en la Eucaristía sea exclusivo del altar y no se confunda con un producto ordinario de consumo.
El nuevo vino aprobado
El vino que sustituye al anterior procede de la bodega sudafricana Lutzville Vineyards y es distribuido en Kenia por la empresa Wow Beverages. Se presenta en botellas de 750 mililitros, con un contenido alcohólico del 17 %, ligeramente inferior al 18 % del vino anterior. Su precio se sitúa entre 1.500 y 1.800 chelines kenianos —equivalentes a unos 9 a 11 euros—, algo superior al coste del anterior, que oscilaba entre 1.200 y 1.700 chelines.
Cada botella lleva el escudo de la Conferencia Episcopal de Kenia y la firma del presidente de la KCCB como sello de autenticidad. En la etiqueta figura además un texto alusivo a la liturgia: “El fruto de la vid y del trabajo de las manos humanas se convertirá en nuestra copa de alegría. Cumple con los requisitos del Derecho Canónico, está certificado y aprobado para la celebración de la santa misa”.
Contexto y alcance de la medida
Kenia cuenta con unos 10 millones de católicos, cerca del 20 % de la población, según los datos oficiales de 2019. La decisión de los obispos afecta a las 28 circunscripciones eclesiásticas del país, incluidas las grandes arquidiócesis de Nairobi, Nyeri y Mombasa, donde el consumo de vino para la misa es mayor en celebraciones multitudinarias como Pascua, Navidad o fiestas diocesanas.
Hasta ahora, el vino de misa era producido por la empresa local Kenya Wine Agencies Limited, lo que facilitaba su acceso en el mercado común y, según fuentes consultadas, provocaba que incluso apareciera en contextos no religiosos. Con la medida aprobada por la Conferencia Episcopal se busca garantizar una distribución controlada y un uso estrictamente litúrgico.
