Este sábado 11 de octubre, miles de católicos en Canadá se congregan en 1.500 concentraciones públicas del Rosario convocadas por la iniciativa Canada Needs Our Lady (Canadá necesita a Nuestra Señora). La jornada, enmarcada en el mes del Rosario, tiene como objetivo honrar a la Virgen de Fátima y pedir la conversión del país, su unidad y el regreso de la nación a Dios.
Cada encuentro, organizado por voluntarios locales, se celebra al mediodía en distintas ciudades y localidades. El mapa completo de las concentraciones ha sido difundido por los organizadores en su web oficial.
“El Rosario es una fuente de esperanza y protección”
“La oración del Rosario es más que una devoción: es un salvavidas, una fuente de esperanza y de protección para nuestra nación”, explicó a LifeSiteNews Joann Glive, responsable de la campaña.
Glive recordó que Canadá atraviesa “tiempos de incertidumbre y de crisis, tanto sociales como morales y espirituales”, y señaló que el país necesita recuperar “la guía, la paz y la fortaleza que provienen de volver a Dios y a la Virgen María”.
Una campaña con inspiración en Fátima
Canada Needs Our Lady es una iniciativa vinculada a la Sociedad Canadiense para la Defensa de la Civilización Cristiana. Su propósito declarado es “lograr que Canadá regrese a Dios mediante los medios propuestos por Nuestra Señora de Fátima” y “ganar corazones y mentes para la Virgen”.
En 2024 ya organizaron más de 1.300 concentraciones del Rosario en el país. Este año, la meta de alcanzar 1.500 encuentros simultáneos supone un récord histórico de oración pública en Canadá.
Oración por la unidad y la fe
Glive insistió en la urgencia de la misión: “Cada Avemaría es una súplica por nuestras familias, nuestras comunidades, nuestros gobernantes y por todo el país. En medio de la oscuridad, el Rosario es una luz que recuerda que la misericordia y la gracia de Dios nunca nos abandonan”.
Subrayó también que esta oración es un paso hacia el triunfo del Inmaculado Corazón de María, anunciado en Fátima como un tiempo de fe renovada y de paz verdadera.
Para los organizadores, el objetivo no admite dudas: “volver al Rosario, volver a la oración y volver a la fe católica”.