En una vigilia de oración celebrada en Roma bajo el lema «Paz para Gaza», en la noche del 22 de septiembre, el patriarca latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, reconoció con un tono de profundo dolor que la situación actual en Tierra Santa es “el momento más duro” que ha presenciado en sus 35 años de servicio en la región.
Una vigilia multitudinaria por la paz en Gaza
Según informaron los medios del Vaticano, la iniciativa, organizada por la Comunidad de Sant’Egidio y respaldada por una amplia red de asociaciones católicas, reunió a cientos de fieles en la basílica de Santa María en Trastevere y a miles más en conexión online. Unidos en la oración, todos elevaron súplicas por las víctimas de Gaza, los niños heridos en cuerpo y alma, las madres que lloran a sus seres queridos y por la paz entre judíos, musulmanes y cristianos.
Bassetti: la guerra no es un accidente, es decidida y deseada
El cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo emérito de Perugia y expresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, presidió la vigilia y ofreció una meditación basada en las Bienaventuranzas. Con palabras claras, denunció que la guerra “nunca es una desgracia que ocurre por casualidad; es siempre decidida y deseada”.
Bassetti subrayó que cada violación de los derechos humanos es fruto de elecciones concretas que generan sufrimiento y llamó a reactivar con urgencia los procesos diplomáticos de paz. “La violencia puede y debe ser detenida”, insistió, recordando que toda persona posee una dignidad inviolable que debe ser respetada y custodiada.
Pizzaballa: un círculo vicioso de odio que debemos romper
Desde Jerusalén, Pizzaballa envió un videomensaje en el que expresó la desolación de los cristianos de Tierra Santa:
“Estamos profundamente heridos por lo que vivimos, por un clima de odio que genera más odio en un círculo vicioso que no se logra romper”.
El patriarca reconoció que la pasividad de las instituciones ha dejado “campo libre a muchos extremistas de ambos bandos”, aunque también destacó la valentía de hombres y mujeres que, en silencio, se esfuerzan por la justicia y la paz aun pagando un alto precio personal.
“Debemos seguir haciendo justicia, haciendo la verdad con amor hacia todos”, afirmó. Y añadió que, cuando se derrumbe el lenguaje de la violencia, los cristianos deberán estar preparados para ofrecer, con su testimonio, la fuerza de la mansedumbre como base de la reconstrucción.
Una Iglesia unida en oración por Tierra Santa
La vigilia contó también con una marcha por el centro de Roma y con la participación de sacerdotes y laicos que denunciaron lo que ocurre en Gaza como un verdadero genocidio. Además, en la iglesia de San Giuseppe dei Falegnami, en el Foro Romano, se desarrolla estos días una adoración ininterrumpida con la participación de varias congregaciones religiosas y movimientos eclesiales.
El clamor unánime de estas iniciativas, tanto en Roma como en otras ciudades, es que cesen las hostilidades y se abra un horizonte de paz verdadera para los pueblos de Tierra Santa.
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