La periodista Diane Montagna, publicó recientemente la segunda parte de la entrevista concedida por el cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, quien criticó con dureza el Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana 2025 y el concierto «Grace for the World» celebrado en la Plaza de San Pedro, donde un espectáculo de drones proyectó el rostro del Papa Francisco sobre la cúpula vaticana.
Un espectáculo “impropio” en la Basílica de San Pedro
Müller calificó el despliegue como un gesto cercano a la idolatría, comparándolo con la “apoteosis” de los emperadores romanos o con las imágenes de Stalin y Lenin en la Plaza Roja. “La Basílica de San Pedro es símbolo de la Iglesia de Jesucristo. El Papa está llamado a ser el humilde Vicario de Cristo, no un ídolo”, afirmó, advirtiendo contra cualquier culto a la personalidad.
Crítica al uso secularizado de la gracia
El purpurado también expresó preocupación por los mensajes transmitidos durante el concierto, en los que artistas como Pharrell Williams definieron la gracia como una “luz interior del universo” presente en cada persona. Müller subrayó que esta definición contradice la fe católica: “La gracia no es una energía difusa ni una fuerza humana, sino un don sobrenatural que procede solo de Dios Padre a través de Jesucristo”.
Para el cardenal, separar conceptos cristianos de su origen en la Trinidad genera confusión doctrinal y promueve “confusión, pelagianismo y un humanismo horizontal” que acaba diluyendo la fe en un sentimentalismo vacío. Denunció además que la mezcla de cantos sacros como el Ave María o el Magníficat con música secular transmite un mensaje ambiguo que no conduce a la adoración de Dios, sino a un espectáculo mundano.
Fraternidad sin Cristo y el peligro de instrumentalizar la Iglesia
El ex prefecto del Santo Oficio advirtió que detrás de estas iniciativas hay apoyos financieros y políticos que no buscan el bien de la Iglesia. “Algunos quieren remodelar a la Iglesia y utilizar la autoridad de la Santa Sede para promover sus agendas masónicas, socialistas o capitalistas. Eso no es verdadera fraternidad”, afirmó. Para Müller, una fraternidad que prescinde de la paternidad de Dios es ideología vacía, y al mínimo cuestionamiento se convierte en imposición y marginación de quienes disienten.
También criticó la encíclica Fratelli Tutti por no poner en el centro a Jesucristo como único Redentor del mundo. “En la visión cristiana, la fraternidad no es un sentimiento superficial de pertenencia, sino una participación sacramental en la relación de Cristo con el Padre en el Espíritu Santo. La fraternidad masónica o comunista, en cambio, busca controlar y dominar al hombre, como un Gran Hermano que vigila, lo cual es incompatible con la libertad gloriosa de los hijos de Dios”, subrayó.
El contraste con el Papa León XIV
Aunque el encuentro fue organizado antes de su elección, Müller valoró positivamente el discurso del Papa León XIV, quien —según destacó— siguió el método de santo Tomás de Aquino al partir de la teología natural para conducir hacia la revelación en Cristo. “El amor universal que proclamamos no es sentimentalismo humanista, sino el amor que fluye del Dios Trino” y concluyó recordando las palabras del Evangelio de san Juan:
“Si me amáis, guardaréis mis mandamientos… y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador, el Espíritu de la verdad, que estará con vosotros siempre” (Jn 14,15-17).
Puede revisar la primera parte de la entrevista aquí.
