Mons. Luis Argüello reclama diálogo y critica la polarización

Mons. Luis Argüello reclama diálogo y critica la polarización

El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Luis Argüello, participó ayer 17 de septiembre en un coloquio en la sede de la Fundación Pablo VI en Madrid, junto con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa.

El obispo defendió la necesidad de que la sociedad española recupere la capacidad de diálogo y encuentro, subrayando la responsabilidad de líderes políticos y medios de comunicación, pero también la de los propios ciudadanos.

La Iglesia como espacio de referencia

En su intervención, Mons. Argüello afirmó que el desafío no corresponde únicamente a las instituciones políticas, sino que es una tarea común:

“El desafío lo tenemos como sociedad, a la hora de hacer ejercicios permanentes de este deseo de diálogo, de encuentro, de establecer puentes”.

El presidente de la CEE reconoció y lamentó que la Iglesia Católica en España no esté siendo suficientemente referente en esta tarea, al señalar que ella misma sufre también “el contagio de la polarización”.

Crítica a la polarización interna

Argüello fue claro al reconocer que en la Iglesia no existe “una Arcadia feliz”, sino que también se viven tensiones y divisiones:

“Igual que experimentamos el contagio de la polarización, nosotros debemos hacer un esfuerzo, vivirlo como una misión, el contagiar”.

En este sentido, pidió a los católicos comprometerse con una cultura de encuentro que trascienda las etiquetas políticas o ideológicas.

Fotos con Illa y Abascal: la polémica de la equidistancia

Mons. Argüello aludió a la instrumentalización mediática de sus gestos públicos, recordando que no teme aparecer en fotos tanto con el líder socialista Salvador Illa como con el presidente de Vox, Santiago Abascal:

“No me avergüenza ninguna de las dos fotos. Aunque para los medios, una sirva para llamarme el rojo de los 70 y otra el facha del siglo XXI”.

El prelado defendió así su papel como pastor que no debe avergonzarse de dialogar con representantes de diferentes sensibilidades políticas.

Diálogo sí, pero sin confusión

La llamada de Mons. Argüello al diálogo y al rechazo de la polarización es un mensaje oportuno. Sin embargo, el riesgo está en que la equidistancia se convierta en ambigüedad. La Iglesia no está llamada a situarse en un punto medio entre ideologías enfrentadas, sino a iluminar con la verdad del Evangelio los debates públicos.

En tiempos en que España afronta una crisis moral y política, la voz de la Iglesia debe ser clara y profética: tender puentes no puede significar diluir la verdad ni rebajar principios en nombre del consenso. El verdadero desafío es que la Iglesia sea referencia, no por neutralidad, sino por fidelidad a Cristo.

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