El Vaticano celebra el reconocimiento civil de dos obispos en China

El Vaticano celebra el reconocimiento civil de dos obispos en China

El 12 de septiembre de 2025, la Sala de Prensa de la Santa Sede anunció con satisfacción que las autoridades civiles de China han reconocido oficialmente el ministerio episcopal de Mons. Giuseppe Ma Yan’en, nuevo obispo auxiliar de Zhangjiakou, así como la dignidad episcopal de Mons. Agostino Cui Tai, obispo emérito de Xuanhua. La declaración enmarca este hecho como un avance en el proceso de diálogo entre Roma y Pekín.

Reconocimiento civil de los obispos

Según el comunicado, el reconocimiento coincide con la toma de posesión de Mons. Ma Yan’en como obispo auxiliar de Zhangjiakou. De forma paralela, se reconoce también civilmente la condición episcopal de Mons. Cui Tai, quien durante años vivió situaciones de control y restricciones por parte de las autoridades. Ambos nombramientos, señala la Santa Sede, se consideran fruto del diálogo con el gobierno chino.

Contexto de la diócesis de Zhangjiakou

La diócesis de Zhangjiakou es producto de una reorganización unilateral del gobierno chino en 1980, cuando se fusionaron las diócesis históricas de Xiwanzi y Xuanhua. Estas sedes, erigidas en 1946 por el papa Pío XII, habían sido durante más de un siglo bastiones del catolicismo en el norte de China, con fuerte impulso misionero hacia Mongolia.

La historia reciente de la región está marcada por la persecución. Apenas unos meses después de la erección de las diócesis, la comunidad católica sufrió la masacre de Xiwanzi: sacerdotes ejecutados, fieles arrestados y propiedades eclesiásticas confiscadas. Con la llegada del régimen comunista, obispos y sacerdotes fieles a Roma fueron enviados a prisión o a campos de trabajos forzados, como Melchior Zhang Kexing y Andrew Hao Jinli. La Revolución Cultural (1966-1976) agravó la represión con templos destruidos, comunidades dispersadas y el culto reducido a la clandestinidad.

El mapa eclesiástico impuesto por el Partido Comunista ignoró la organización establecida por Roma y subordinó la vida católica a la Asociación Patriótica Católica China (APCC), un organismo controlado por el régimen para promover una “iglesia nacional independiente”. Obispos como Augustine Cui Tai pasaron largos años de arresto domiciliario y detenciones por mantenerse en comunión con la Santa Sede.

En este contexto, el reconocimiento civil de la diócesis de Zhangjiakou supone aceptar una estructura creada por el Partido en detrimento de las diócesis legítimamente erigidas por Pío XII. Para muchos fieles de la Iglesia clandestina, la decisión significa borrar jurídicamente su historia de resistencia y sufrimiento, consolidando el poder de la Iglesia oficial controlada por el Estado y debilitando el testimonio de quienes mantuvieron la fidelidad a Roma a costa de persecuciones.

Un nuevo episodio en las relaciones China-Santa Sede

La declaración de la Santa Sede presenta estos reconocimientos como un “paso relevante en el camino de comunión de la nueva diócesis”. No obstante, el trasfondo político recuerda que se trata de otro capítulo en el delicado proceso de negociación con Pekín. Desde el acuerdo provisional de 2018 sobre el nombramiento de obispos, renovado en 2020 y 2022, la Santa Sede ha buscado normalizar las relaciones, aunque persisten tensiones y denuncias sobre la falta de libertad religiosa en China.

El reconocimiento civil de Mons. Ma Yan’en y Mons. Cui Tai constituye un gesto significativo, pero también refleja el alto costo de un diálogo que, según muchos críticos, se produce a expensas de la memoria de los mártires y de la Iglesia clandestina que mantuvo la fe en las condiciones más adversas.

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