Muere a los 91 años Mons. Placidus Pei, obispo clandestino de China que sufrió cárcel por su fidelidad a Roma

Muere a los 91 años Mons. Placidus Pei, obispo clandestino de China que sufrió cárcel por su fidelidad a Roma

El sábado 6 de septiembre falleció Mons. Placidus Pei Ronggui, obispo clandestino de la diócesis de Luoyang, a los 91 años. El prelado pasó décadas de su vida bajo la vigilancia, el acoso y la cárcel impuestos por el régimen comunista por negarse a integrar la Asociación Patriótica Católica China, el organismo controlado por el Partido Comunista. Según informó Asia News, los fieles recordaron una de sus frases más emblemáticas: “En China, seguir el camino correcto creyendo en Dios y manteniendo una fe pura conduce inevitablemente a la persecución”.

Monje trapense marcado por la violencia

De joven, Pei fue monje trapense en Hebei, provincia de donde era originario. Conoció de primera mano la violencia comunista: una abadía fue destruida por milicias en 1947 y en otra fueron asesinados 33 monjes, obligando a los sobrevivientes a huir.

En 1950, de acuerdo con Bitter Winter, fue nombrado director de la Legión de María en Tianjin, donde se dedicó a la predicación y a la evangelización. Ese mismo año fue arrestado y condenado a 15 años de cárcel acusado de “contrarrevolucionario”. Durante su reclusión fue sometido a adoctrinamiento ideológico.

Ordenación sacerdotal en tiempos difíciles

Tras la “revolución cultural” de Mao, fue ordenado sacerdote en 1981, a los 48 años. La represión continuó. Bitter Winter documenta que en abril de 1989, cuando ejercía en la parroquia de Youtong, unos 5.000 policías irrumpieron para destruir la tienda provisional levantada para la Pascua. La operación dejó dos muertos, más de 300 heridos y 32 detenidos.

Consagrado obispo clandestino

En 2003, con autorización de la Santa Sede, fue consagrado obispo coadjutor de Luoyang por Mons. Peter Li Hongye, otro prelado que había pasado años en prisión por su fidelidad a la Iglesia. Tras la muerte repentina de Li en 2011, Mons. Pei se retiró a su aldea en Hebei, aunque nunca dejó de ser vigilado por el régimen, que mantenía agentes apostados frente a su casa, según Bitter Winter.

Testimonio contra la sumisión al Estado

En una entrevista concedida a Reuters en 2016, Mons. Pei declaró: “No puede existir una Iglesia independiente en China porque eso es contrario a los principios de la Iglesia Católica. Es el gobierno chino el que debe cambiar; si no cambian, el Papa nunca podrá estar de acuerdo con ellos”.

Recuerdo de los fieles

Los católicos de su diócesis, citados por Asia News, evocan con gratitud su enseñanza: “Si sufrimos un poco para dar testimonio de Dios, todo eso sigue siendo una bendición”. Ahora piden oraciones por su alma y confían en su intercesión.

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