En medio del pánico de un tiroteo en la escuela católica de Minneapolis (Estados Unidos), un niño de tan solo 13 años se convirtió en ejemplo de valentía y fe.

Se trata de Javen Willis, alumno de octavo grado de la Annunciation Catholic School, quien ayudó a proteger y guiar a sus compañeros hacia un lugar seguro cuando un hombre armado abrió fuego durante la primera Misa del curso escolar el pasado 27 de agosto.

El ataque, perpetrado por un joven transexual y satanista de 23 años identificado como Robin Westman, dejó como saldo la trágica muerte de dos niños de 8 y 10 años y al menos 17 heridos.

“Confié en Dios y recé”

En una entrevista con el programa TODAY de la cadena NBC, Javen relató que al escuchar los primeros disparos muchos pensaron que se trataba de fuegos artificiales o confeti, pero él comprendió rápidamente la gravedad de lo que ocurría:

“En ese momento solo pensé en tratar de mantener a todos lo más seguros posible. Les dije a mis dos amigos que se tiraran al suelo y se escondieran bajo el banco. Y, aunque sentí un estado de shock, sabía que tenía que proteger a cuantos pudiera”.

Refugiado bajo el banco de la iglesia, Javen comenzó a rezar. Sin embargo, no se quedó quieto.

“Recé, dije algunas oraciones, y después comprendí que no podía pensar solo en mí. Sabía que con Dios de mi lado iba a estar bien. Así que salí a ayudar a mis compañeros, a tranquilizarlos y recordarles que todo iba a estar bien”.

Un bautizado reciente

El gesto de este joven cobra aún más fuerza al recordar que había recibido el Bautismo apenas una semana antes del ataque.

Su madre, Melissa, narró entre lágrimas la emoción de reencontrarse con él tras el tiroteo:

“Solo lloré. Dije gracias a Dios y lo abracé. Fui una de las afortunadas que pudo volver a ver a su hijo”.

Al salir del templo, Javen tampoco olvidó dar las gracias a los agentes que acudieron de inmediato a la emergencia:

“No quería quedarme quieto pensando en lo ocurrido, así que les di las gracias. Porque, sin ellos, no sabemos lo mucho peor que podría haber sido”.

Un testimonio de fe en medio de la oscuridad

Con apenas 13 años, este joven católico ha dado al mundo un testimonio conmovedor de cómo la fe y la oración pueden sostener incluso en las circunstancias más terribles. Su valentía, nacida de la confianza en Dios, se ha convertido en una luz de esperanza en medio de la tragedia que golpeó a la comunidad escolar de Minneapolis.