Sobre las palabras de Abascal y VOX
¿Son aceptables estas palabras, Obispo?
«Pues no, y creo que a él es al primero que le habrá penado porque no están dispuestos a perder ni un voto de un solo católico. Entonces, la primera metedura de pata es de VOX en este momento, porque a un ataque frontal injusto a la Iglesia lo pagaría caro en las elecciones y no le conviene. De hecho, se han callado como muertos, nadie ha dicho nada en VOX en este tema porque no les conviene. El ataque a la Iglesia es injustificado. Y cuando se le ha respondido desde dentro de la Iglesia, que la homofobia también es incompatible con el Evangelio, etcétera, etcétera, bueno, no ha dado la cara nadie».
Compatibilidad entre fe católica y rechazo a inmigrantes
¿Ser católico es compatible con sentir miedo, incluso rechazo hacia la población migrante? ¿Es compatible con decir que los menas hay que devolverlos a Marruecos?
«No hombre, no. La Iglesia, como todo el mundo, quiere el bien de la humanidad. Entonces, efectivamente queremos una inmigración regularizada, no un asalto, porque no se les puede garantizar una integración verdadera. Está luchando por todos los medios, primero por el derecho a no migrar, atacar las causas en origen, por qué están huyendo de la guerra, de la persecución, etcétera. Pero una vez que están en nuestra patria, efectivamente, tienen todos los derechos. La Iglesia, por ejemplo, en el último documento Comunidades acogedoras y misioneras, marca una especie de itinerario de cómo integrar al migrante. La Iglesia es católica, universal, y apoya los derechos humanos. Entonces, es la primera que, con cualquier gobierno y con cualquier política migratoria nacional, está trabajando en el día a día. La vida consagrada, Cáritas, los laicos comprometidos, todos están hasta las trancas con el migrante. Y las comunidades cristianas se están beneficiando de la vitalidad de los migrantes. Es una bendición que nuestros migrantes estén aquí. Otra cosa es que haya que hacerlo de una forma más ordenada».
Discurso antimigratorio dentro de la Iglesia
¿No tiene la sensación de que hay un discurso cada vez más transversal de rechazo al inmigrante que también se está infiltrando en la comunidad cristiana?
«Sí, porque lo más cómodo es mirar a otro lado. Yo lo tengo aquí con los cuarenta sacerdotes que están estudiando, haciendo tesis doctorales en la facultad de Vitoria, cuarenta de África, América Latina y Asia, y claro, tenemos nuestros problemas de integración en el mismo presbiterio, porque la cultura te lleva a unos acentos muy distintos también en la fe. Entonces, lo más fácil es poner fronteras. Pero si nuestra sociedad ya está mezclada, pues una bendición esta diversidad. Y sí, sí, desde dentro de la Iglesia también tenemos que combatir este hilo transversal antimigratorio».
Relación con partidos vascos
Hemos hablado del discurso de VOX y de decisiones del PP, pero ¿qué impresión tiene sobre los principales partidos vascos —PNV, PSE, EH Bildu— que gobiernan a nivel municipal? ¿Diría que mantiene una buena relación con la Iglesia o también hay fricciones?
«Bueno, puede haber fricciones puntuales en temas en que no estamos de acuerdo, claro, como lo hay dentro de la Iglesia misma. Pero en general, yo noto que hay una conexión, por ejemplo, en el tema de las personas vulnerables. Gobierno Vasco, por ejemplo, es partidario de centros pequeños de integración de migrantes. Nosotros estamos apoyando esta política migratoria desde las diócesis y creo que hay una sintonía muy grande en temas sociales».
El centro de refugiados Arana
¿Se refería al centro de refugiados Residencia Arana?
«Sí».
¿Un proyecto que va a llevar a cabo por iniciativa del gobierno central? Ustedes no lo ven claro.
«No, preferiríamos que fueran centros más pequeños, como también se está encauzando desde órdenes religiosas que tienen pisos concretos, incluso pisos diocesanos, para que grupos pequeños se puedan integrar».