La “puerta estrecha” como símbolo de exigencia evangélica
El Papa subrayó que la puerta estrecha representa la fidelidad al Evangelio en su radicalidad. No basta con proclamarse creyente de palabra; es necesario vivir la fe en cada gesto cotidiano. “La puerta es estrecha porque exige renuncia al egoísmo, apertura al perdón y compromiso real con los demás”, señaló en su meditación.
Autenticidad frente a superficialidad religiosa
León XIV advirtió contra el peligro de una religión superficial, basada únicamente en apariencias externas, costumbres sociales o intereses personales. Recordó que el cristianismo auténtico no se reduce a ritos cumplidos por inercia, sino que pide un encuentro vivo con Cristo que transforme la vida y las relaciones.
El cristiano, llamado a la coherencia
El Pontífice insistió en que la fe debe reflejarse en obras concretas de caridad y justicia: “No todos los que dicen ‘Señor, Señor’ entrarán en el Reino de los Cielos, sino quienes hacen la voluntad del Padre”. Así, exhortó a los fieles a ser testigos coherentes, capaces de dar ejemplo en la familia, el trabajo y la sociedad.
Oración a la Virgen y llamado a la esperanza
Antes de concluir el Ángelus, León XIV encomendó a la Virgen María el camino de los cristianos, para que “nos ayude a elegir cada día la puerta estrecha del Evangelio, fuente de vida verdadera y de esperanza para el mundo”. Finalmente, impartió la bendición apostólica a los presentes en la Plaza de San Pedro y a quienes siguieron la oración a través de los medios de comunicación.
