El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Francisco César García Magán, aprovechó la homilía del séptimo día del Octavario de la Virgen del Sagrario —dedicada a la Virgen como Reina de los Apóstoles— para volver a intervenir en la polémica sobre la nota episcopal que defendía la celebración en el Polideportivo Municipal de Jumilla de la Fiesta del Cordero.

En un contexto litúrgico mariano, el prelado introdujo de forma explícita alusiones a las críticas recibidas por la CEE en los últimos días, incluidas las del presidente de Vox, Santiago Abascal, que había mostrado su “perplejidad” ante la postura de los obispos. Sin citarle por nombre, García Magán replicó en dos pasajes significativos.

Primera alusión

“Recientemente se escucha un nuevo eslogan que es tan barbaridad teológica como el primero [Jesucristo sí, Iglesia no] y se ha sustituido por Iglesia sí, obispos no. Olvidando que no hay Iglesia de Jesucristo, no hay Iglesia de Jesucristo fuera de la sucesión apostólica. No hay Iglesia de Jesucristo que no se asiente en esos pilares. Lo demás es construir no sobre roca, sino sobre arena movediza. Es construir falsamente. Es construir en el aire. Es construir en la nada.”

Aquí el secretario general de la CEE vincula directamente la crítica a los obispos con una ruptura eclesiológica, y la presenta como un error teológico equiparable al viejo lema “Jesucristo sí, Iglesia no”.

Segunda alusión

“Lamentablemente se vuelven a escuchar eslóganes que en el primer tercio del siglo XX se escucharon, furibundos y tremendos contra el Evangelio y contra la Iglesia y las iglesias, que hoy son pronunciados por algunos de los supuestos herederos de los que en aquel primer tercio del siglo XX defendieron la Iglesia, y muchos de ellos al precio de su sangre con el martirio. Y algunos de esos supuestos herederos ideológicos son los que hoy lanzan eslóganes que jamás se tendrían que volver a oír en la historia de España y mucho menos pronunciados por sedicentes católicos.”

La frase “la Iglesia y las iglesias” plantea un problema doctrinal serio: en el lenguaje católico preciso, “Iglesia” con mayúscula y en singular se refiere sólo a la Iglesia fundada por Cristo. El plural “iglesias” se usa, incorrectamente, en sentido ecuménico para comunidades cristianas separadas, pero no se aplica en ningún caso a religiones no cristianas como el islam. Usarlo así en este contexto —el de Jumilla y la defensa de celebraciones islámicas— supone elevar indebidamente otras confesiones, sin fe en Cristo ni sacramentos, a la categoría de “iglesias”, diluyendo el sentido propio del término.

El hecho de que García Magán dedicara parte de una homilía mariana a defender la postura oficial de la CEE frente a las críticas políticas y mediáticas es en sí mismo destacable. El tono elegido —equiparando las objeciones actuales con la hostilidad anticlerical del primer tercio del siglo XX— sube un escalón en la tensión interna y externa, y revela que la Conferencia Episcopal está dispuesta a dejarse toda la credibilidad que sea necesaria en su batalla por la defensa del Islam.