Talitha Kum —la red internacional de religiosas que combate la trata de personas— ha publicado su Informe Anual 2024, revelando una labor de dimensiones mundiales: casi un millón de personas asistidas en el último año. Más de 400.000 mujeres y menores han recibido apoyo directo o participado en programas de sensibilización, en un contexto internacional marcado por conflictos, migraciones forzadas y redes criminales bien organizadas.
El informe fue presentado en vísperas del Día Mundial contra la Trata de Personas, el 30 de julio, y ofrece un retrato crudo y al mismo tiempo esperanzador de una de las tragedias humanitarias más graves de nuestro tiempo.
Víctimas visibles: apoyo directo a más de 46.000 mujeres y niñas
Una de las cifras más impactantes del documento es el aumento del 19 % en mujeres y niñas víctimas-sobrevivientes atendidas directamente por Talitha Kum: 46.169 casos en total. Las religiosas, junto a voluntarios y profesionales, han proporcionado alojamiento seguro, atención especializada en traumas, asesoría legal y formación profesional, con un incremento medio del 26 % en la cobertura de servicios, especialmente en Asia y América.
Acceso a la justicia: un desafío desigual según el continente
En Europa y África, los servicios destinados a garantizar derechos legales han disminuido un 26 %, mientras que en Asia se reportan avances gracias a alianzas jurídicas y estrategias de incidencia política más eficaces.
En 2024, los programas de capacitación, educación e información alcanzaron a casi 700.000 personas, con un incremento del 11 % respecto a 2023. Las acciones de incidencia pública lograron interactuar con más de 78.000 personas en Europa, América, África y Oceanía.
Impacto de los conflictos: más riesgo para mujeres, migrantes y niños
Los conflictos en Myanmar, Ucrania y Oriente Medio han incrementado los riesgos de trata. A pesar de ello, Talitha Kum ha expandido su apoyo y ha intensificado su trabajo de incidencia política desde Ghana hasta Irlanda, con participación juvenil activa.
Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, entre 2019 y 2022 se produjo un aumento del 25 % en víctimas de trata. El trabajo forzoso subió un 47 % y las víctimas infantiles un 31 %, especialmente niñas.
