El juicio por el desahucio de las exmonjas del Monasterio de Santa Clara de Belorado (Burgos) ha quedado visto para sentencia este martes, tras una intensa vista oral celebrada en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Briviesca. El caso enfrenta al Arzobispado de Burgos con ocho religiosas excomulgadas, quienes alegan ser legítimas propietarias del convento.
Las exclarisas, excomulgadas en junio de 2024 por un delito de cisma tras declarar su ruptura con la Iglesia católica, han defendido en la sala que su decisión fue adoptada en comunidad y que la persona jurídica propietaria del monasterio sigue siendo la misma: la comunidad religiosa, ahora transformada en asociación civil.
El derecho de propiedad, en el centro del litigio
El abogado de las exmonjas, Florentino Aláez, argumentó que no fueron las religiosas individualmente quienes rompieron con la Iglesia, sino que fue la comunidad entera la que tomó esta decisión. Bajo esta premisa, defendió que las exmonjas continúan siendo las legítimas titulares del inmueble. “La propiedad del monasterio pertenece a una persona jurídica, que es la comunidad monástica. En eso estamos todos de acuerdo”, declaró.
Asimismo, subrayó que el arzobispo Mario Iceta no ostenta representación legal alguna sobre la comunidad, cuestionando incluso su designación como comisario pontificio por parte del Vaticano. La defensa pidió la desestimación total de la demanda de desahucio.
Para el Arzobispado, las religiosas «ocupan en precario»
Desde la otra parte, el abogado del Arzobispado sostuvo que la salida de la Iglesia católica no puede ser decidida unilateralmente por una entidad religiosa sin intervención canónica, y recordó que las religiosas perdieron su condición el 8 de mayo del 2024, tras la firma de un manifiesto contrario a la fe católica y al Concilio Vaticano II.
Según la representación legal del Arzobispado, la comunidad religiosa de Belorado sigue existiendo canónicamente, y su legítimo representante es Mario Iceta. Por tanto, afirmó, las exreligiosas ocupan el monasterio “en precario” y deben abandonarlo.
La defensa de las religiosas solicitó que el propio arzobispo declarara en el juicio, pero este delegó su representación en el abogado Rodrigo Saiz, quien reiteró que la excomunión fue consecuencia de un acto libre y voluntario.
Las exmonjas: “No nos planteamos salir”
Tras el juicio, las exmonjas ofrecieron una rueda de prensa desde el locutorio del monasterio, donde insistieron en que no contemplan una salida voluntaria. “Si no se puede hacer nada, tomaremos la decisión en comunidad”, afirmaron. Sor Israel, una de las religiosas, señaló que ella personalmente optaría por resistir.
Pese a la excomunión, las religiosas siguen considerándose católicas y clarisas, y aseguran haber renovado sus votos con un manifiesto antimodernista que rechaza el Concilio Vaticano II.
La sentencia no será definitiva, pues cabe recurso. Sin embargo, podría marcar el punto de inflexión en un conflicto inédito en la Iglesia española.
Fuente: Agencia EFE
