Iglesias atacadas y cientos de cristianos refugiados bajo bombardeos en Siria

Iglesias atacadas y cientos de cristianos refugiados bajo bombardeos en Siria

La ciudad siria de Suwayda, en el sur del país, vive una situación límite ante el recrudecimiento de los combates entre facciones armadas de distinta afiliación étnica y religiosa. La violencia ha provocado un éxodo interno de cristianos, muchos de los cuales se han refugiado en templos convertidos en improvisados albergues de emergencia, según ha informado la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).

En medio del caos, la iglesia capuchina de Cristo Rey acoge actualmente a unas 250 personas —entre 60 y 70 familias— que sobreviven bajo fuego continuo. Aunque la mayoría de los refugiados son cristianos, el templo da cobijo a todos los que huyen del conflicto. La iglesia ha sido alcanzada por intensos bombardeos que dañaron estructuras esenciales como los tanques de agua y las ventanas del monasterio. Milagrosamente, no se registraron víctimas dentro del recinto.

También atacada la iglesia greco-melquita de San Miguel

La situación no es aislada. La iglesia greco-melquita de San Miguel, en Al-Sura, también ha sido objeto de ataques recientes. El patrimonio cristiano está siendo destruido en medio de un conflicto que no respeta lugares sagrados ni civiles.

Muchas de las familias desplazadas han perdido sus hogares por incendios y saqueos. “El hospital local ha colapsado; hay más de 1.200 cuerpos esperando sepultura desde hace más de una semana”, denuncian fuentes locales protegidas por ACN. En un intento desesperado por mantener condiciones mínimas de higiene, los vecinos han recolectado diésel para alimentar un generador. Sin personal sanitario, mujeres voluntarias se han ofrecido para limpiar las salas ensangrentadas del hospital.

Escasez total de agua, electricidad, alimentos y medicinas

El asedio impide cualquier entrada o salida. Francotiradores disparan a civiles, y los almacenes han sido saqueados. No hay agua, no hay electricidad, no quedan alimentos. Tampoco hay medicamentos básicos como insulina, antibióticos o productos quirúrgicos. Las necesidades urgentes incluyen leche infantil, pañales, productos de higiene femenina, desinfectantes y víveres esenciales.

“Ya no queda nada. La comunidad ha compartido todo lo que tenía”, afirma otra fuente bajo anonimato. “La vida se ha vuelto insoportable. El miedo es constante. Aún hay desaparecidos, y no sabemos si están escondidos o muertos en sus casas”.

Testimonios desgarradores desde una ciudad cercada

Una religiosa contactada por ACN desde el este de Suwayda describe una ciudad en colapso mental y físico. “Aunque esta zona es un poco más segura, la gente sufre crisis de pánico, ansiedad extrema y ataques de nervios. No pueden dormir. Urge apoyo psicológico y medicamentos para calmar a los más afectados”.

Después de diez días de asedio, no se han habilitado corredores humanitarios ni ha llegado ayuda internacional. “La deshumanización es total. Hay cadáveres tirados en las calles. No queda dignidad para los vivos ni para los muertos”, denuncia la religiosa, quien hace un llamamiento desesperado: “Pedimos al mundo que actúe. Necesitamos un corredor humanitario urgente. Necesitamos medicinas, comida, atención internacional. Necesitamos compasión y acción inmediata”.

ACN continúa en contacto directo con la iglesia local. Aunque las condiciones impiden actualmente el envío de ayuda a la zona, la fundación mantiene operativos otros proyectos de emergencia en Siria.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando