El colegio Nuestra Señora del Pilar permitió recreaciones con símbolos ocultistas dentro de sus instalaciones, incluidas muñecas diabólicas, ouijas y un círculo de velas en plena capilla.
Según informó El Debate, durante los días 17 y 18 de julio, el colegio marianista de Madrid fue escenario de la serie “Miércoles”, transformándose en la ficticia Academia Nevermore. Aulas y pasillos se convirtieron en salas de tortura, cementerios y espacios decorados con imaginería satánica.
El punto más controvertido fue el uso de la capilla Chaminade, donde se instaló un círculo de velas —elemento común en rituales espiritistas— y se ambientó como “la habitación de la protagonista”.
La capilla: de lugar sagrado a plató de terror
El espacio reservado para el Santísimo fue utilizado para ambientaciones oscuras, con iluminación tétrica y personajes disfrazados recorriendo sus estancias. La entrada era gratuita y la promoción incluía expresiones como “un vacío que consume el alma”.
Comunicado del colegio: disculpas sin asumir responsabilidades
Ante el escándalo, la Dirección envió una carta a las familias. Afirmaron que la capilla fue “respetada” y que el Santísimo fue trasladado, pero al mismo tiempo negaron cualquier carga simbólica en los elementos usados, algo desmentido por expertos y descripciones oficiales del evento.
“No hubo nada satánico”, asegura el colegio, a pesar de la evidente contradicción con los símbolos presentes en el recorrido.
El Arzobispado no fue informado
Uno de los puntos más graves es que el colegio no notificó al Arzobispado de Madrid sobre el uso de la capilla, tal como exigen los protocolos diocesanos. La Dirección lo ha reconocido, alegando “desconocimiento”.
¿Qué valores se transmiten realmente?
La secularización interna de muchas instituciones católicas permite hoy lo que antes era impensable: convertir una capilla en decorado para una promoción esotérica, con normalidad y sin escándalo interno.
La colaboración entre centros católicos y producciones culturales que trivializan el mal plantea una pregunta de fondo: ¿dónde quedó el discernimiento espiritual y la custodia del sagrado?
