El pasado mes de junio, tuvo lugar en la Casa de Espiritualidad Ana Mogas, en Miraflores de la Sierra, un encuentro organizado por Crismhom, colectivo LGTB que se autodefine como “cristiano”, en el que se promovieron espacios de “convivencia sororal y fraternal” bajo el lema Caminando en comunidad. Durante tres días (del 13 al 15 de junio), los participantes compartieron testimonios, comidas y momentos de oración según su propia propuesta pastoral “inclusiva”.

Crismhom —acrónimo de Cristianas y Cristianos de Madrid Homosexuales LGTBI+H.— ha intensificado su actividad pública en los últimos años, no solo organizando encuentros internos, sino también como parte activa de la GNRC (Global Network of Rainbow Catholics), una red internacional que promueve el reconocimiento eclesial de las relaciones homosexuales y transgénero dentro del ámbito católico.
Lo que resulta especialmente destacable es que cuatro miembros de esta comunidad fueron recibidos recientemente por el arzobispo de Madrid, monseñor José Cobo, en un encuentro que el propio colectivo calificó como de “acogida muy cálida y diálogo enriquecedor”. La reunión tuvo como motivo principal la coorganización de la próxima Asamblea Mundial de la GNRC, prevista para celebrarse en Madrid.

Lejos de cuestionar o advertir sobre la contradicción de estas posturas con la doctrina católica, el arzobispo de Madrid habría estrechado vínculos con este grupo, respaldando implícitamente su agenda ideológica. Desde Crismhom se celebra este gesto como parte del camino hacia una “Iglesia más inclusiva”, expresión utilizada con frecuencia para justificar adaptaciones doctrinales contrarias al Magisterio, especialmente en materia de moral sexual.
La actitud de monseñor Cobo no sorprende del todo, considerando su historial de declaraciones ambiguas respecto a cuestiones morales y eclesiales sensibles, así como su cercanía con sectores del catolicismo más progresista. Sin embargo, este nuevo gesto eleva la preocupación entre fieles y sacerdotes que observan con alarma la deriva de algunas diócesis españolas hacia posturas incompatibles con la fe católica tradicional.
Mientras tanto, Crismhom continúa consolidando su agenda, no solo mediante convivencias internas, sino también con apoyo institucional que, como en este caso, proviene desde el propio episcopado.
