El franciscano Francesco Ielpo asume la Custodia de Tierra Santa en medio de una guerra sin tregua

El franciscano Francesco Ielpo ora junto a frailes franciscanos en Tierra Santa.

Esta tarde, en un gesto cargado de simbolismo y esperanza, el fraile franciscano Francesco Ielpo hizo su entrada solemne en la iglesia de San Salvador de Jerusalén, asumiendo oficialmente su misión como nuevo Custodio de Tierra Santa. La ceremonia incluyó la entrega del sello por parte de su predecesor, el Padre Francesco Patton, y marca el inicio de una etapa pastoral que se vislumbra tan compleja como desafiante.

Una misión en medio del caos: Las olas del mar son altas

En declaraciones recogidas por Vatican News, el nuevo custodio no eludió el contexto dramático en el que inicia su mandato. En sus palabras:

«Sí, es un momento muy difícil, soy consciente de ello».

En Gaza, se han registrado 57.000 muertes en menos de dos años; en Cisjordania, los ataques de colonos aumentan en frecuencia y violencia, y la minoría cristiana sufre agresiones directas, como el reciente bombardeo de la parroquia católica en Gaza.

Padre Ielpo subrayó que su labor no se limitará a la conservación de los santos lugares:

«La nuestra no es sólo una custodia de lugares sagrados, sino una presencia pastoral viva junto a los cristianos de esta tierra», afirmó, destacando la importancia del testimonio y la presencia cristiana a pesar de la adversidad.

Más que custodio, hermano entre hermanos

Con humildad, Ielpo reconoció que se siente pequeño ante la tarea que asume:

«Soy muy consciente del desfase entre la tarea que se me encomienda y los modestos recursos de mi persona».

Sin embargo, ve en esta desproporción una oportunidad para que el Espíritu Santo actúe, como lo ha hecho durante los 800 años de presencia franciscana en Tierra Santa.

No pretende introducir grandes cambios, sino potenciar lo ya construido por sus predecesores. Señala como prioridades la internacionalidad de la Custodia —compuesta por más de 300 frailes de 50 nacionalidades—, la evangelización mediante la acogida a peregrinos, la gestión de parroquias y, especialmente, el compromiso educativo a través de las 17 escuelas que operan en Israel y Palestina, las cuales «educan cada año en la paz a miles de estudiantes».

Misión extendida: Siria, Líbano, y más allá

Antes de asumir formalmente, el nuevo custodio visitó las comunidades franciscanas en Siria y Líbano. En Damasco, se encontró con líderes ortodoxos y católicos tras el atentado islamista del 21 de junio, que dejó más de 30 cristianos muertos. Allí vivió momentos de ecumenismo real, bajo la cruz del sufrimiento compartido.

En Líbano, durante los recientes bombardeos israelíes, constató el compromiso de los frailes con los desplazados, lo que calificó como un ejemplo de «valentía y espíritu misionero, tan poco conocidos en Occidente».

Una mirada que no debe apartarse

Inspirado por el Evangelio, Ielpo hizo un llamado a sus hermanos: mantener la mirada fija en Cristo, como Pedro en las aguas agitadas.

«Hoy, como en tiempos de Jesús, las olas del mar son altas y amenazadoras (…) pero mirando a Jesús, los temores se disipan».

Su exhortación es clara: ser hermanos, firmes en la fe, y con la mirada puesta siempre en el Redentor.