El Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha concedido el nihil obstat —es decir, no encuentra objeción— al culto público vinculado a una devoción mariana surgida en el monte Zvir, en el noreste de Eslovaquia, sin reconocer oficialmente el carácter sobrenatural de las presuntas apariciones que habrían tenido lugar allí entre 1990 y 1995.
Reconocimiento pastoral sin aprobación sobrenatural
La decisión, firmada por el Cardenal Prefecto Víctor Manuel Fernández y dirigida al Arzobispo Jonáš Jozef Maxim, cabeza de la Archieparquía de Prešov para los fieles de rito bizantino, se enmarca en las nuevas normas vaticanas sobre fenómenos sobrenaturales aprobadas en mayo de 2024. Dichas normas permiten emitir valoraciones pastorales sin necesidad de un pronunciamiento definitivo sobre la autenticidad sobrenatural del fenómeno.
El Cardenal Fernández reconoce en su carta que el discernimiento tuvo en cuenta los “abundantes frutos espirituales” surgidos en torno a la devoción, como confesiones profundas, conversiones y un constante flujo de peregrinos al lugar, incluso décadas después de que cesaran las presuntas apariciones.
Un mensaje centrado en la conversión y la libertad interior
Los mensajes atribuidos a la Virgen María hacen un llamado insistente a la conversión, a la libertad espiritual y a una vida sencilla. Entre los textos destacados se encuentra una exhortación clara: “Dejad que Jesús os libere. Dejad que Jesús os haga libres”, así como un recordatorio del amor incondicional de la Virgen: “Os amo, así como sois. ¡Os amo!”.
Estos mensajes, que comenzaron a ser transmitidos por tres niños —Ivetka Korcáková, Katka Ceselková y Mitko Ceselka— a partir del 5 de agosto de 1990, han sido acogidos con devoción por fieles principalmente del rito bizantino, que acuden regularmente al monte Zvir como lugar de peregrinación.
Aclaraciones y reservas doctrinales
No obstante, el Dicasterio advierte que algunos mensajes contienen formulaciones ambiguas o teológicamente problemáticas, como aquella que sugiere que una región entera estaría condenada o que “la causa de toda enfermedad es el pecado”. Por ello, se ha solicitado que estos fragmentos no sean publicados ni difundidos por su posible efecto perturbador en los fieles más sencillos.
Ya en 2011, una comisión doctrinal había señalado que las videntes no recibían palabras audibles, sino que experimentaban visiones interiores difíciles de expresar con exactitud, lo que explicaría algunas imprecisiones.
Un santuario vivo gracias a la reforma vaticana
La autorización del culto en Litmanová se produce en el contexto de la reciente reforma del proceso de discernimiento de fenómenos sobrenaturales, promovida por el Papa Francisco. Estas nuevas normas buscan proteger a los fieles de engaños, sin sofocar las expresiones auténticas de fe popular. Bajo el nuevo procedimiento, la autoridad final corresponde al Dicasterio para la Doctrina de la Fe, no a los obispos locales.
Así, aunque el Vaticano no avala la sobrenaturalidad del fenómeno de Litmanová, reconoce su valor pastoral y autoriza la devoción pública, animando a los fieles a acercarse con confianza a esta propuesta espiritual en la medida en que favorezca una vida evangélica más profunda.