Durante la presentación oficial de la nueva misa votiva “Pro custodia creationis” —una forma litúrgica que se mezcla con la exageración del impacto antropogénico en el clima en el marco de la Agenda 2030—, el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, fue preguntado por los periodistas sobre las recientes filtraciones del informe de la Doctrina de la Fe sobre el Summorum Pontificum, que sirvieron como base para el motu proprio Traditionis custodes.
Bruni respondió: “No confirmo la autenticidad de los textos que se han publicado. Esto es parte de uno de los documentos sobre los cuales se tomó la decisión [de publicar Traditionis custodes], y esto, por supuesto, es muy incompleto y una reconstrucción parcial”. Añadió que la consulta “fue apoyada por otra documentación y otros informes” recibidos por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
La afirmación del portavoz incurre en una contradicción insalvable: al calificar los textos como “parciales”, está admitiendo implícitamente su autenticidad. Y lo que intenta presentar como una “reconstrucción incompleta” es, en realidad, un informe oficial, completo y global elaborado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, con las respuestas de obispos de todos los continentes.
- En África y Asia, muchos obispos expresaban sorpresa por la escasa presencia del rito tradicional, pero no mostraban oposición. En Filipinas, un obispo resumía: “Let the people be free to choose”.
- En Europa, mientras algunos en Italia puntualmente mostraban reticencias, Francia y Alemania valoraban la estabilidad alcanzada y el aumento de vocaciones en los institutos Ecclesia Dei.
- En España e Hispanoamérica, la posición dominante era de indiferencia, pero el informe constata la aparición de grupos estables y fieles agradecidos que salieron de una “vida eclesial marcada por la clandestinidad, el rechazo y los abusos de poder”.
- En Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, se destaca la fuerza de los jóvenes, el crecimiento de las vocaciones tradicionales y la plena integración pastoral.
Frutos visibles y advertencia unánime contra una ruptura
El informe destaca que allí donde se aplicó con generosidad el Summorum Pontificum, surgieron comunidades estables, pacíficas y pastorales. Jóvenes conversos o retornados a la fe se sintieron atraídos por la solemnidad, el silencio y la belleza del rito tradicional. La antigua Comisión Ecclesia Dei —hoy Cuarta Sección del Dicasterio— jugó un papel clave como garante de comunión con Roma.
La conclusión de muchos obispos fue clara: modificar o derogar el Summorum Pontificum haría más daño que bien. El arzobispo de Milán advertía que una intervención explícita “provocaría nuevas olas de disensión y resentimiento”. Otros hablaban directamente del riesgo de nuevo cisma y de que Roma perdiera toda credibilidad.
Un intento de restar importancia a una filtración que revela la verdad
Si el Vaticano intenta ahora desautorizar los documentos filtrados calificándolos de “parciales”, el efecto ha sido el contrario: han quedado retratadas tanto la solidez de la filtración, el trabajo hecho por Doctrina de la Fe, así como la falsedad del argumento en que se basó el motu proprio Traditionis Custodes.
El documento titulado Overall Assessment no sólo no es parcial: es un análisis amplio de las respuestas a lo largo de toda la Iglesia universal, y el extracto concreto de declaraciones (lo único que se puede considerar parcial) es claramente una muestra de aquellas diócesis o conferencias episcopales que mostraron más interés por el tema. Pero de los dos documentos filtrados por Diane Montagna, no se puede obviar que uno de ellos «Overall Assessment» resume a la perfección y de forma muy completa cual es la situación en todos los continentes.
La realidad es que, como escribió Benedicto XVI y respaldaban mayoritariamente los obispos, “lo que generaciones anteriores consideraron sagrado sigue siendo sagrado para nosotros, y no puede ser completamente prohibido ni considerado dañino”.
