Ayuso, sobre el Valle, miente con desparpajo episcopal

Ayuso, sobre el Valle, miente con desparpajo episcopal

La presidenta de Madrid asegura que no puede declarar Bien de Interés Cultural el Valle de los Caídos porque no es competente. Pero lo es. Y lo sabe.

Isabel Díaz Ayuso repite con aplomo episcopal —esa seguridad con la que muchos obispos bendicen cualquier claudicación— que la Comunidad de Madrid no puede declarar Bien de Interés Cultural (BIC) el Valle de los Caídos. Que pertenece a Patrimonio Nacional. Que no está en su mano. Que ojalá, pero no.

Miente. Y lo hace no solo con desgana institucional, sino con conocimiento de causa. Como quien no quiere defender lo que debe porque teme lo que dirán.

El Valle no es de Patrimonio Nacional

Lo ha explicado con claridad el abogado Luis Felipe Utrera-Molina Gómez:

“El Valle de los Caídos no es un bien integrante de Patrimonio Nacional y así se deduce con claridad del artículo 2 de la Ley 23/1982 de Patrimonio Nacional. Hasta el día de hoy y desde su fundación, el Valle de los Caídos es propiedad de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, como se deduce del Registro de la Propiedad nº 2 de San Lorenzo del Escorial.”

? Artículo completo en El Debate (25/10/2022)

No lo dice un nostálgico de sobremesa, sino el Registro. Lo confirmó también la Abogacía del Estado en informes de 1996 y 1998. Patrimonio Nacional lo administra, sí, porque el patronato de la fundación está formado por su Consejo de Administración. Pero administrar no es poseer.

Si uno se deja llevar por lo que Ayuso afirma, parece que Patrimonio Nacional es el propietario. Pero no lo es. Y, además, sus propios servicios jurídicos han acabado por reconocerlo, refugiándose entonces en el argumento de que, dado que el Gobierno quiere que lo sea pronto, declararlo BIC sería un acto de “deslealtad institucional”. Fabuloso. Prevenir el futuro como excusa para no actuar en el presente.

Sí puede. Y debe.

La Comunidad de Madrid sí tiene competencia para declarar BIC un bien que esté en su territorio y no pertenezca al Estado. Lo dice el artículo 148.1.16ª de la Constitución. Lo recoge su Estatuto de Autonomía. Y lo confirma la Ley 3/2013 de Patrimonio Histórico madrileña.

Hoy por hoy, el Valle no pertenece ni al Estado ni a Patrimonio Nacional. Luego la competencia es autonómica. Punto. Mañana puede que el Gobierno de Sánchez lo integre por decreto en el Patrimonio del Estado, extinguiendo la Fundación. Entonces ya no será posible. Pero hoy sí lo es.

La estrategia Pilato

La maniobra de Ayuso recuerda —y así lo tituló con ironía afilada Utrera-Molina— a Poncio Pilatos. Porque lo que se adivina en su postura no es ignorancia, sino cálculo. Espera, simplemente, que el Gobierno lo absorba, para entonces poder decir que ya no puede hacer nada.

“Entonces podrá secarse tranquilamente las manos tras el lavatorio, diciendo –en ese momento con toda la razón– que no es competente y nada podía hacer, pero todos sabremos de su impostura y falta de coraje”
—Luis Felipe Utrera-Molina

Y mientras tanto, el Valle se degrada, los benedictinos son acosados, y el Gobierno avanza en su proyecto de convertirlo en un parque temático de la memoria parcial. Deja de ser basílica, deja de ser lugar de oración, deja de ser símbolo de reconciliación. Y la Comunidad de Madrid mira a otro lado.

¿Defender o traicionar?

El Papa Juan XXIII escribió que en el Valle de los Caídos “se ofrecen sacrificios expiatorios y continuos sufragios por los Caídos en la guerra civil de España”. Hoy, ni siquiera eso parece bastar para que un gobierno autonómico supuestamente conservador lo defienda.

Ayuso ha preferido el tacticismo a la verdad. La complicidad pasiva al deber. Miente con la convicción con la que se ha mentido sobre el asunto en los argumentarios episcopales: no por error, sino por cálculo. Y en este cálculo, la historia no les absolverá.

 

Ayuda a Infovaticana a seguir informando