La violencia contra los cristianos continúa golpeando con fuerza en Nigeria.
El padre Solomon Atongu, responsable de la parroquia de San Juan en Jimba (Nigeria), fue tiroteado el sábado por la tarde por presuntos terroristas armados en la peligrosa carretera Makurdi–Naka, tristemente célebre por los ataques violentos contra cristianos Nigeria. El sacerdote, que regresaba a su misión en Naka desde Makurdi, cayó en una emboscada en plena vía pública.
Aunque los agresores lo dieron por muerto y secuestraron a los otros dos ocupantes del vehículo, el padre Atongu logró sobrevivir. Fue rescatado por las fuerzas de seguridad, ya en estado crítico por la pérdida de sangre, y trasladado de urgencia al hospital, donde los médicos luchan por estabilizarlo.
Petición de oraciones por el Padre Atongu
El canciller de la diócesis católica de Makurdi, el reverendo padre Shima Ukpanya, ha confirmado el atentado y ha pedido oraciones por su pronta recuperación: “Pidamos a Dios su sanación mientras los médicos hacen su parte. Que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro interceda por nosotros”.
Este nuevo ataque evidencia una vez más la difícil situación que enfrentan los católicos en Nigeria, víctimas frecuentes de violencia religiosa, terrorismo y criminalidad organizada, mientras las instituciones locales e internacionales siguen sin ofrecer soluciones eficaces.
Llamada a la acción por la libertad religiosa en Nigeria
La comunidad internacional —y en especial los países con relaciones diplomáticas y comerciales con Nigeria— deben comprometerse con la libertad religiosa y la protección de las minorías cristianas. La indiferencia ante estos hechos solo prolonga el sufrimiento de quienes viven su fe bajo amenaza constante. Es fundamental abordar la violencia contra los cristianos en esta región.
La situación es insostenible. Es hora de actuar con responsabilidad y decisión.
